Xosé Manuel Beiras se impacientaba en el atril mientras los técnicos del equipo de En Marea trataba de arreglar un micrófono rebelde. Ajustó la cadera e intervino en un acto retransmitido por la red que conectó a varios dirigentes de listas "de unidad popular", como la alcaldesa Ada Colau o Mónica Oltra de Compromís, y de Podemos, caso de Vicky Rosell y Pablo Iglesias, candidato a la Presidencia del Gobierno. Ante ellos, Beiras ejerció de evangelizador del carácter plurinacional del Estado y defendió el derecho a decidir, un asunto capital para unir esfuerzos y embarcarse en un proyecto común que le ha granjeado críticas del nacionalismo gallego por alejarse de la ortodoxia.

Beiras rechazó que la Marea desease una Galicia independiente, sino que quiso dejar en manos de la sociedad elegir qué quieren. "Son los ciudadanos de esos pueblos [en alusión a Galicia, Euskadi, Cataluña y País Valenciá] los que tienen la soberanía, y no las oligarquías, los que deciden democrática y pacíficamente cómo se relacionan con el resto de pueblos; si bien quieren ser independientes o se quieren organizar en un Estado federal confederal", alegó.

Desde su conexión hace una década con el movimiento antiglobalización, pasando por las mareas o la configuración de AGE en 2012, Beiras ha defendido el mestizaje político para lograr un objetivo común que tumbe el sistema actual y permita crear un nuevo orden constitucional que acabe "con la restauración borbónica, o más bien bubónica, como la peste".

Ayer plasmó ese nuevo rumbo, que lo alejó de sus antiguos compañeros del BNG -donde también pesaron las inquinas personales- en un abarrotado local de Almacenes Olmedo, en el Toural, justo el local donde Compostela Aberta celebró la victoria en las pasadas municipales de mayo. Para Beiras, mantener el espíritu de conexión con la sociedad resulta clave para lograr éxito.

El dirigente de 79 años temió este verano que la Marea no tomase cuerpo en verano, aunque confesó este miedo en un debate previo a la conexión con los dirigentes afines a Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, le lanzó otro guiño llamándole "maestro".