'`Tú puedes votar y no quieres, yo quiero votar y no puedo! #RescataMiVoto'. Es el lema de la campaña impulsada por la Marea Granate, que aspira a que españoles que iban a abstenerse de participar en las elecciones generales del 20 de diciembre puedan ejercer este derecho por emigrados que han tenido dificultades para votar.

Al menos 160 gallegos abstencionistas han accedido hasta el momento a 'rescatar' el voto de otros tantos emigrados, según consta en la plataforma de Marea Granate, que mantiene a un total de 668 como 'emigrantes huérfanos'.

En el conjunto de España, este colectivo, que se define como "transnacional y apartidista" y que está formado por emigrantes que denuncian la diáspora "forzosa", han computado un total de 2.597 votos 'rescatados', mientras que 2.597 aún necesitan un donante.

El procedimiento para este intercambio es sencillo: el sistema pone en contacto a un emigrante que quiere votar y no puede, con otra persona que sí puede ejercer este derecho pero no quiere. Ambos, de la misma comunidad, recibirán un email.

A partir de ahí, el proceso discurre en el ámbito privado entre las dos personas y el emigrante le dice al donante por quién votar. De esta forma, un abstencionista voluntario en España, podrá donar su voto para que alguien que no puede acudir a las urnas ejerza su derecho fundamental y su voto cuente.

Hasta cinco visitas al Consulado

El coruñés Javier Roura es uno de los afortunados que ha podido encontrar un 'donante' que deposite por él su voto en las urnas este domingo. Tiene 26 años y trabaja en comunicación en Bruselas, pero desde los 17 ha estado viviendo fuera de A Coruña, donde nació.

La experiencia con el voto por correo de Roura es "algo larga", según él mismo ha trasladado a Europa Press. "Primero, en Madrid, donde estaba estudiando, me pillaron unas elecciones para las que pude votar sin mayor problema que gestionar el trámite. Después, otras elecciones estando en Bruselas, donde también pude votar sin problema por correo", ha relatado.

Sin embargo, para votar para las últimas elecciones municipales gallegas desde Croacia "ya tuvo bastantes problemas". "Tuve que hacer hasta cinco visitas al Consulado de Zagreb, en horario laboral, por diferentes problemas relacionados con mi voto, aunque finalmente pude hacerlo", ha subrayado.

Ahora, de nuevo en Bruselas y, "por lo restringido de los plazos", se ha quedado sin votar. La razón es que logró un empleo el 22 de noviembre que le exigía la incorporación inmediata el 24 y no le permitía volver a España por Navidad hasta el 22 de diciembre. Cerrado ya el plazo para 'rogar el voto' a través del registro en Censo Electoral de Residentes Ausentes le era imposible hacer su derecho.

"Me sentí impotente"

Este joven coruñés incide en que siempre ha hecho "cuanto está en su mano para poder votar", aún estando lejos de su ciudad. Por ello, confiesa que se sintió "bastante impotente" cuando constató que no iba a poder participar en un proceso que considera "particularmente importante y decisivo".

Conocía "de oídas" a la Marea Granate por alguna iniciativa informativa y, aunque no pertenece a ella activamente ni milita en ninguna organización o asociación, fue consciente de la posibilidadque le ofrecía esta campaña hace dos semanas.

A Javier Roura la idea le parece "buena, dentro de sus limitaciones", ya que considera "muy positivo" que, "allá donde iba a haber dos votos de menos, el abstencionista y el impedido, haya al menos uno depositado en la urna".

Sin embargo, apuesta por "no perder la vista" que esto no es sino "un arreglo informal" para aliviar un problema con el que se enfrentan muchos españoles en el extranjero, y que no tiene "las mismas garantías que el voto directo, personal e intransferible".

"Iremos a votar los dos, en cierto modo"

"Me siento agradecido a la plataforma y personalmente a Gustavo (su pareja en este intercambio), pero siento que esto no debe confundirnos respecto al problema: las dificultades para participar en un proceso electoral en condiciones de igualdad con cualquier español", advierte.

De su donante, con el que se ha conocido y ha intercambiado ya algunos correos, destaca que ofrecerse para dar este paso le parece un gesto altruista que también denota "mucha conciencia ciudadana y política". "En cierto modo, el domingo iremos a votar los dos, cuando pensábamos que no lo haríamos ninguno", ha resaltado.

"Soluciones muy sencillas"

Al margen de sus quejas por el problema al que se enfrentan numerosos emigrados, Javier Roura también considera que hay "soluciones muy sencillas" y alude al entorno "híperconectado" actual, antes de mencionar "el voto electrónico, el voto directo y personal en el consultado sin necesidad de registro formal" y métodos como "el voto por poder", válido "en países como Francia".

"No tenemos, en absoluto, el mejor sistema de participación electoral posible y creo que eso es algo que, aún dejando los miles de casos personales aparte, una democracia no debería tolerar, teniendo como tenemos los medios para hacerlo mucho mejor", ha trasladado a Europa Press.