"Es como una boda donde nadie se atreve al primer ¡vivan los novios!", bromeaba alguien en la sede de la Marea. La noche "histórica" que celebró la coalición comenzó con una contención más propia de la sala de espera de un notario que de un debut histórico. A escasos metros de la casa en la que nació Mariano Rajoy, en la plaza de O Toural de Santiago, los pesos pesados de la coalición fueron llegando con el rictus relajado, pero no exultante.

Las expectativas se habían disparado hasta los ocho o nueve escaños, por lo que el éxito de seis, y dos senadores, parecía no colmar a simpatizantes.

Por momentos, se rozaba el silencio, hasta que llegaron Gómez-Reino, de la mano del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro; David Bruzos, electo por Ourense; y las pontevedresas Alexandra Fernández y Ángela Rodríguez. Salió Yolanda Díaz y, al fin, las cámaras grabaron besos y cánticos de "Hai Marea". Eso sí, sin Miguel anxo Fernán Vello, que no llegó desde Lugo.

Se abrió la veda a los bocatas y refrigerios "embargados hasta las 23.00 horas" y los rostros comenzaron a mostrar más felicidad, incluso en quienes daban por hecho al menos siete actas.

En medio de la euforia, la Marea lanzó un "estamos aquí" al PP, pero Beiras también se acordó de Vigo, "esa ciudad caballeresca", dijo en alusión al regidor Abel Caballero. "Por primera vez ganó la izquierda propiamente dicha", añadió sobre el cargo del PSdeG, partido con quien tendrían que pactar para desalojar al PP.