Que Izquierda Unida haya traducido más de 923.000 votos en solo dos escaños mientras que partidos como el Partido Nacionalista Vasco con una tercera parte de apoyos triplique los asientos en el Congreso muestra cómo influye la ley electoral en los resultados. Así, en España, al partido liderado por Alberto Garzón es al que más caro le sale obtener un diputado (más de 460.000 votos) mientras que los nacionalistas vascos son los que obtienen más rendimiento por apoyos: les bastan poco más de 50.000 sufragios para sentar a alguien en el hemiciclo.

En Galicia los precios a los que se cotizan los escaños, de media, también varían bastante. A En Marea le salieron más caros (necesitaron de media más apoyos, hasta 68.061) que al resto, mientras el PSdeG se sitúa en el extremo contrario (57.990 votos por escaño). En general, si se mira el mapa de diputados que corresponden a la comunidad, al PP cada uno de sus diez escaños le sale de media por 60.157 votos, cifra superior a la de cuatro años atrás, cuando no precisaron ni 58.000, y por encima de lo que necesitó a nivel estatal esta vez (58.662). En el PSdeG, ocurre lo contrario: ha precisado 57.990 votos de media por diputado, cuando en 2011 necesitó más de 76.000. También le ha supuesto menos esfuerzo lograr escaño por Galicia que en general por España, donde le bastó una media de 61.452 apoyos para granjearse un congresista.

Por lo que respecta a la coalición de En Marea, el coste por escaño fue de 68.061 votos, el más bajo de todas las alianzas forjadas por las mareas y Podemos en el Estado y también por debajo de la formación encabezada por Pablo Iglesias si se la considera aisladamente. Sin embargo, en Galicia sus escaños resultarían los más cotizados.

Peor lo tendrían BNG y Ciudadanos. El primero, que concurrió con las siglas de NÓS-Candidatura Galega, obtuvo más de 70.000 votos pero no se tradujeron en diputados y desaparece del hemiciclo, mientras que en 2011 había logrado dos con 92.018 apoyos. En lo tocante a Ciudadanos, a pesar de duplicar los sufragios de los nacionalistas gallegos, con más de 147.000 votos, solo obtuvo un representante por A Coruña, mientras que en el resto del país precisó 87.511 apoyos por parlamentario. Así, se quedó con un escaño pese a que el PSdeG, con poco más del doble de sufragios, se apunta seis.

Si se considera el ámbito provincial, que es el que se tiene en cuenta a la hora de fijar la representación, el escenario que se dibujaba a nivel autonómico se mantiene en el litoral atlántico. En A Coruña En Marea tuvo que hacer un mayor esfuerzo por escaño y precisó 88.312 votos frente a Ciudadanos, quien con esta variable lo tendría mejor, ya que lo logró con 66.395. En Pontevedra se repite lo mismo para la coalición de Anova, Podemos y Esquerda Unida que necesitó 79.412 votos por escaño, mientras que al PSdeG fue al que menos le costó, con 59.150. En el interior, no obstante, son los socialistas quienes tienen que recabar más patrocinios para obtener un parlamentario: necesitaron más de 44.000 en Ourense y de 48.000 en Lugo. En esas dos provincias, fue al revés: En Marea lo tuvo más fácil, con 34.048 y 38.873 papeletas, respectivamente.

Si se tiene en cuenta la ley d´Hont y se comparan los apoyos que precisó congregar cada aspirante para lograr el último escaño, en A Coruña, el PP tuvo que esforzarse más que en Pontevedra para su tercer diputado, hasta los 79.279 apoyos, mientras que En Marea tuvo que aglutinar 88.312 voluntades para el segundo y al PSdeG le bastaron en cambio 68.645 para lo mismo En A Coruña Ciudadanos logró su único escaño, con 66.395 sufragios, y sería el que necesitó menos apoyos en esta provincia para que uno de los suyos accediese al hemiciclo. En Pontevedra el PP accedió al tercero con 65.267, mientras a En Marea el segundo le costó 79.412 apoyos y el PSdeG lo tuvo más fácil al precisar solo 59.150 para incluir a su número 2

En el interior, en Lugo, el PSdeG pagó el precio más alto por su único diputado, 48.413 apoyos, mientras En Marea lo logró con solo 38.873, 4.000 menos que los que precisó el PP para sumar su segundo por esta provincia. En Ourense, se repitió esquema: al PSOE le costó casi 44.300 apoyos obtener un escaño, unos diez mil más que a En Marea y unos 1.500 más que al PP colocar su segundo.