Con todos los votos contados, el mapa que arrojan las elecciones generales en Galicia aparece pintado de azul. El PPdeG se ha impuesto en una gran mayoría de concellos, aunque pierde en seis de las siete ciudades. Eso se traduce en el PSdeG consigue un porcentaje de apoyos prácticamente idéntico (31,28% frente a 31, 94%), con 10.000 papeletas menos. Ambas formaciones se hicieron con 10 escaños.

Por detrás, En Común-Unidas Podemos conservó las dos actas de abril (186.260; 12,64%). Y el BNG pudo descorchar al fin el champán. La repetición electoral permite al frente nacionalista (119.597; 8,1%) regresar al Congreso tras torcer el brazo a Vox (114.800; 7,8%) en su duelo por el último asiento a repartir en A Coruña. Galicia, como ya había demostrado el 28-A, repele otra vez a los de Abascal, en esta ocasión con el agravante de la efervescencia del partido ultra en el resto de España. Ciudadanos (63.000; 4,32%), la marca más evanescente de la escena política autonómica, vuelve a desaparecer.