La fragmentación política en municipios como Sada o Betanzos, con siete u ocho partidos en liza por la Alcaldía, contrasta con la bipolarización en municipios del interior de la comarca de Betanzos como Curtis o Vilasantar. Los residentes en estos concellos de la montaña solo podrán elegir entre dos papeletas: PP o Asembleas Abertas, en Curtis, o PP y BNG, en Vilasantar. La situación es más extrema en Vilarmaior. Los votantes en este pueblo de 1.231 habitantes tendrán que elegir entre dar su apoyo al PP, quedarse en casa o votar blanco o nulo. Un caso único en Galicia que no alternará la rutina del alcalde y candidato popular, Carlos Vázquez Quitián: "Yo voy a visitar a todos los vecinos igual, las setecientas casas", afirma.

El PSOE es, una campaña más, el gran ausente en los tres ayuntamientos. La formación que llegó a gobernar en Curtis no ha logrado cerrar una lista en estos tres concellos. En el caso de Vilasantar, tuvo un declive drástico. En los últimos comicios en los que participó, en 2011, solo obtuvo tres votos, ni siquiera los integrantes de la lista depositaron la papeleta del partido del puño y la rosa en las urnas.

El BNG no ha logrado en esta ocasión cerrar una candidatura ni en Curtis ni en Vilarmaior. En 2015, lograron presentar lista en Vilarmaior in extremis y en Curtis, les ha pasado factura el paso del que fue su candidato, Xosé Manuel Tomé, y parte de los integrantes de la formación a Asembleas Abertas de Curtis-Mareas Locais.

No siempre fue así. Un repaso por los resultados de los últimos 40 años muestra la agitación que precedió a los plenos bicolor. O monocolor, como en el caso de Vilarmaior, donde el PP ha logrado arrinconar a sus rivales hasta el punto de que la suya sea la única papeleta.

Curtis. Javier Caínzos (PP) y Xosé Manuel Tomé (Asembleas Abertas) rivalizarán una campaña más por la Alcaldía. El bastón de mando es cosa de dos en Curtis desde 2015. Este municipio ha pasado de la fragmentación política, caldo de cultivo de los independientes, a la polarización del voto entre dos formaciones antagónicas. Atrás quedaron los años en que el PSOE gobernó con mayoría. La debacle socialista estuvo precedida de un insólito pacto en 1999 entre el por entonces socialista Antonio Fraga y el independiente Javier Caínzos para repartirse el sillón del alcalde durante el mandato. En 2003, ya con Caínzos en el PP, Fraga se integró en sus filas y se convirtió en la mano derecha del exregidor y obtuvieron la mayoría absoluta. Tras una lenta agonía, el partido socialista desapareció de los carteles electorales en 2015. La formación capitaneada por Xosé Manuel , nieto del histórico alcalde socialista, rentabilizó la debacle del PSOE y obtuvo cuatro concejales como líder del BNG frente a los siete del PP.

Vilasantar. El bastón de mando en este pequeño municipio de la montaña es cosa de dos desde 2003, los últimos comicios en que el PSOE logró representación (en los comicios de 2011 solo logró tres votos, y en 2007, cien). El panorama actual dista mucho con la agitación política de principios de los noventa, con hasta cuatro partidos en liza por el sillón de Alcaldía. El PP gobernó con holgada mayoría durante prácticamente toda la democracia, pero el BNG, con Manuela García Freire al frente, logró arrebatarle el bastón en 2007. Tras este paréntesis, el popular Fernando Pérez recuperó la Alcaldía. La de 2011 fue una victoria muy ajustada, por solo un puñado de papeletas. El PP amplió distancias en los últimos comicios, en los que obtuvo el 63% de los apoyos. El Bloque ha renovado la candidatura, en la que se estrena Xosé Antón Cotos, que rivalizará con Fernando Pérez por la Alcaldía.

Vilarmaior. El PP ha gobernado en este municipio desde la reinstauración de la democracia, salvo en 1979, en que logró la mayoría la Agrupación Municipal Democrática de Villarmayor. Y el próximo mandato, el pleno será monocolor. Carlos Vázquez gobierna este municipio desde hace 16 años y ha logrado arrinconar progresivamente a sus rivales, que para estos comicios ya no han logrado ni presentar candidatura. El PSOE logró representación por última vez en 2007 y el BNG tan solo consiguió un concejal en los últimos comicios. Las elecciones de 1991 fueron las únicas en las que la izquierda acarició el sillón de la Alcaldía. PSOE y BNG se quedaron ese año un concejal del PP. Ahora solo un candidato se rifa el bastón.