Al candidato del BNG a la Alcaldía, Francisco Jorquera, lo apoyaron ayer unos jóvenes en su mitin de O Castrillón, no solo con carteles que pedían el voto para el nacionalista sino también comentándole los problemas a los que, cada día, se enfrentaban, como niños, en su barrio. "No les gusta la comida de su centro", reveló Jorquera, que bromeó ante los militantes que acudieron al mitin, con que los pequeños no habían sido contratados por el partido.

Esa anécdota de los pequeños le valió para reivindicar uno de los puntos de su programa, que los centros escolares puedan contar con cocinas propias para que los estudiantes puedan tener una alimentación ecológica, basada en los productos de proximidad y que genere empleo en la ciudad.

Jorquera explicó que el BNG apuesta por la creación de un banco de viviendas públicas de alquiler para combatir "el problema" al que, actualmente, se enfrentan los residentes en la ciudad, debido a los altos precios de las rentas y a la falta de regulación de los precios. Para los vecinos de O Castrillón no faltó tampoco la promesa que todos los partidos llevan bajo el brazo cuando van al barrio, la apertura del complejo deportivo, una reivindicación histórica de los residentes y que, este año, tampoco se cumplió.

La formación también apuesta por recuperar la Concejalía de Educación, para "ampliar las escuelas infantiles" y para solicitarle a la Xunta que se comprometa a diseñar una red pública y única de guarderías que pueda atender toda la demanda. "Pretendemos que se garantice, por lo menos, el 50% de presencia del gallego en todas las actividades" y que haya una línea íntegra en gallego.