Cuatro años antes de que la asociación Ascega colocase un muñeco en una silla con la careta del alcalde y candidato de Marea Atlántica, Xulio Ferreiro, para denunciar que no había asistido a su debate „aunque sí que fue el concejal de Emprego, Alberto Lema„, el PP declinaba invitaciones a diario. En aquel primer lunes de campaña, el candidato popular, Carlos Negreira, dijo que no a debatir sus propuestas en una mesa a la que se sentasen representantes de todas las candidaturas que concurrían a las municipales.

Negreira se escudaba, entonces, en que quería que todos los organizadores siguiesen las condiciones que la Junta Electoral impuso a la Televisión de Galicia: Solo podían asistir las fuerzas con escaño en María Pita, por lo tanto, PP, PSOE y BNG. Esquerda Unida que, para entonces tenía al edil César Santiso en el Ayuntamiento, se había integrado en Marea Atlántica y, por lo tanto, quedaba excluida.

No era una directriz del partido, sino del candidato, ya que en Lugo, el cabeza de lista del PP acudió a un debate con formaciones que no tenían representación en el Concello.

El único candidato que aceptó sin condiciones asistir al encuentro de la Asociación de la Prensa fue el cabeza de lista del BNG, Xosé Manuel Carril. Su homóloga del PSOE, Mar Barcón, condicionaba su presencia a la de Negreira y Ferreiro no podía asistir justo a la hora y el día planeados pero se ofreció a hacerlo en cualquier otro momento, ya que Marea Atlántica tenía su acto central de campaña, un mitin en Palexco en el que participó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y que se había fijado con antelación a la invitación de la Asociación de la Prensa.

En aquel lunes de campaña, el PP no había contestado tampoco a Radio Coruña que, finalmente, celebró su tradicional debate con cinco cabezas de lista de las candidaturas municipales sentados a la mesa y con la número trece del PP, Luisa Cid, en representación de su candidatura.