A Coruña se mueve, por ahora, en una campaña de tono bajo. Como si la movilización, no sin tensión política, de las elecciones generales de abril agotara al electorado y también a los candidatos. El viaje a las urnas en las municipales en la ciudad va desprovisto de los asuntos que polarizaron el voto en las generales (Cataluña y la irrupción de la ultraderecha) y se mueve más en el debate sobre la gestión municipal. Ahí la quieren situar, sin oscilaciones y por diferentes motivos, Marea Atlántica y Partido Popular. Solo el PSOE coruñés alterna con España, enarbolando la bandera de Pedro Sánchez, intentando elevarse en la ola que permitió a su candidato ganar en las generales e incluso arrogándose como partido anuncios que corresponden a las instituciones, como el realizado esta semana con la fábrica de armas.

La campaña electoral supera el ecuador y enfila sus últimos siete días. Los siete primeros discurrieron sin estridencias, con los partidos más preocupados de presentar sus propuestas que de atacar al rival, salvo cuando se le ponía a tiro en un debate de los muchos que se han organizado en precampaña y en campaña. Conforme se vaya agotando la contienda electoral y se acerque la votación, esa estrategia cambiará. Ya lo hemos visto en el final de esta semana. Xulio Ferreiro ha tratado de abrir grietas en el electorado socialista con el mensaje de que, estos cuatro años, el PSOE ha sido la "muleta" del PP. Y A Coruña amaneció ayer empapelada con una nueva vuelta de tuerca en la estrategia propagandística del PP, que discurrió el "Xulinés" y el "Maresoe" para acentuar su mensaje de que Marea y PSOE van de la mano.

En estos primeros días, los candidatos han optado por encuentros vecinales, con asociaciones y colectivos, y por mítines de reducido aforo en lugar de por las grandes movilizaciones y los antiguos intentos de demostraciones de fuerza, muchas veces dopadas por el trasiego de autobuses con simpatizantes de otros municipios. Y por el gen coruñés más que la aportación exterior, con la excepción de la breve escala del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en A Coruña, en una comida-mitin con 300 simpatizantes socialistas, este martes.

La candidatura de Inés Rey aún se guarda otro as estatal en la manga, pendiente de confirmación. La popular Beatriz Mato se agarrará a la figura de Alberto Núñez Feijóo y evitará la de Pablo Casado y su dirección nacional. Y Marea, tras no posicionarse en las generales entre Unidas Podemos y En Marea, lidiará en principio en solitario, sin Luis Villares ni Pablo Iglesias, que, por ahora, solo prevé hacer campaña en Ferrol y Vigo.

Alcalde o alcaldesa

La campaña arrancó con la casi certeza de que ninguna formación logrará mayoría absoluta y con la incerteza de quién empuñará el bastón de la Alcaldía. Y en esas seguimos. Con un PP castigado en las generales y en caída, sin grandes esperanzas de elevarse con la posible entrada de Ciudadanos en la Corporación local, la disputa parece reducirse a si habrá alcalde (Xulio Ferreiro) o alcaldesa (Inés Rey). Conforme pasan los días, esa disputa se acrecienta, con el PSOE sintiéndose impulsado por la ola de las generales y Marea escudriñando los barrios con la convicción de que el desenlace será ajustado, e intentando romper la ola socialista situando a sus dirigentes como herederos de las desfeitas urbanísticas del vazquismo.

Al margen de esa lucha, el BNG, con Francisco Jorquera a la cabeza y el aval del trabajo de Avia Veira estos cuatro años, insiste en el mensaje de la oportunidad perdida por la Marea, como parte de su estrategia de recuperar electorado que le dio la espalda en la ciudad hace cuatro años.

Buscando un hueco en María Pita, Ciudadanos y Vox desarrollan una campaña casi sin exposición pública, conscientes de que su marca en España es su empuje en A Coruña, al igual que en otras ciudades donde aún no han podido hacerse un hueco. De los dos, a la vista del escrutinio de las generales, solo Ciudadanos parece tener cerca la entrada en el Concello.