La campaña electoral encara la recta final y en el municipio de la fusión no hay cartelería ni banderolas de la fuerza mayoritaria, el PP. Solo las candidatas del PSOE y BNG en Oza-Cesuras, Pilar Pedreira y Estefanía Busto, dan la cara en los carteles que cuelgan de las farolas. Un portavoz del alcalde y candidato del PP, Pablo González Cacheiro, explica que se reservan la traca final para los últimos días y que tienen una sorpresa que no quieren desvelar. El mismo misterio que envuelve el programa electoral, que este diario solicitó sin éxito para informar de las principales propuestas del PP dado que su candidato se niega a atender a este medio.

El único cartel con mensaje político del PP visible en el centro del municipio ocupa precisamente la fachada de unas dependencias municipales anexas al Consistorio: No a la eliminación de servicios municipales. No al cierre de los registros civiles. No al cierre de los juzgados de paz puede leerse sobre un fondo naranja.

En este municipio de población envejecida y dispersa, la campaña se juega puerta a puerta: "Hasta que pasen las elecciones el alcalde no va a volver por el despacho, está yendo por las casas", informaba hace unos días a este medio una trabajadora municipal. Las dos semanas de campaña se hacen escasas para visitar hasta el último domicilio de este concello de decenas de núcleos repartidos en 150 kilómetros cuadrados y el alcalde y candidato del PP, Pablo González Cacheiro, y sus rivales socialistas se afanan por llevar la papeleta hasta en el último rincón. El BNG ha optado por encuentros vecinales y mítines por parroquias.

Este diario pudo acompañar durante una jornada de campaña puerta a puerta al PSOE, el PP declinó el ofrecimiento. El paseo con los socialistas comenzó pasado el mediodía en Santaia:

-"¿Buenos días. ¿Sabe a qué venimos, no? Venimos a pedir", bromea la candidata, Pilar Pedreira al traspasar la finca.

- "Ya me hago a la idea" (risas).

- "Creemos que el concello necesita un cambio...

-Puede ser, ya se verá...

Las respuestas ambiguas de este tipo contrastan con las de otros residentes que no solo se muestran más receptivos, sino que, al descubrir una periodista infiltrada, le piden que tome buena nota de todas sus quejas:

"Con la fusión todo esto cambió, pero para mal. Esta zona está totalmente abandonada, no limpian ni las cunetas ni las pistas de la concentración... Lo malo es que en este concello no hay quien haga fuerza... Apunta eso, apunta eso...", pide un vecino.

A su lado, su mujer apostilla tajante: "Con la fusión vamos de mal en peor".

Aunque el recibimiento siempre es cordial y las muestras de apoyo frecuentes, los socialistas, curtidos ya en estas lides del puerta a puerta, no echan las campanas al vuelo: "Siempre son muy amables, pero si después todos nos votasen, arrasaríamos", bromea José Luis Castrillón.

En su puerta a puerta, los socialistas llevan un pequeño resumen del programa. Algunas de sus propuestas fueron, en su momento, promesas de la fusión, como la construcción de un centro de día o la restauración del sanatorio. Ayudas para fomentar la natalidad, poner en marcha un sistema de bonotaxi, mejoras en el servicio de ayuda en el hogar, aprobar el PXOM, crear una brigada de mantenimiento de vías y limpieza de cunetas, construir aparcamientos en el entorno de las iglesias o incentivos para atraer empresas son algunas de sus propuestas.

La candidata del BNG, Estefanía Busto, no ha podido visitar los domicilios al verse obligada a compaginar la campaña con sus compromisos laborales. En su tiempo libre, la edil nacionalista y sus compañeros se afanan en colgar carteles y dar a conocer su programa con actos y encuentros. La formación promete también un centro de día, ayudas para el sector agrícola, forestal y ganadero; la recuperación del patrimonio cultural son algunas de sus propuestas. El BNG se compromete también a exigir las mejoras pendientes en la AC-840, favorecer el asociacionismo juvenil, dar pasos para remunicipalizar los servicios básicos y a fomentar la participación municipal.