La euforia socialista por el vuelco electoral que supusieron las generales del 28 de abril despierta una sensación de peligro en el partido del puño y la rosa, que apela a los suyos para movilizarse el domingo y blindar las políticas sociales en los ayuntamientos, de las que se erige en valedor, y para frenar en las europeas a la derecha y la ultraderecha. "Que todos los progresistas acudan a votar el domingo porque la derecha y la ultraderecha van a intentar hacer de las elecciones una segunda vuelta para ganar lo que no ganaron en las generales", advirtió ayer el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero.

El secretario xeral de los socialistas gallegos recibió ayer el apoyo en el penúltimo día de campaña de dos ministros en funciones. La responsable de Trabajo, Magdalena Valerio, repitió presencia tras la del miércoles y acudió a Lugo. También propagó las promesas electorales el ministro de Cultura, José Guirao, que acudió a Ponteareas y Verín. El partido no varió el eje de su discurso: el votante progresista debe elegir su papeleta el domingo porque garantizan "estabilidad" y una "gestión" marcada por el impulso de las políticas de protección social que peligran ante el "retroceso de una derecha reaccionaria". Caballero animó a los suyos a esforzarse en el "esprint" de una carrera de la que derivará la gestión municipal durante los próximos cuatro años. Además, afiló las dagas dialécticas contra el PP, centrando sus acometidas en Mariano Rajoy, expresidente del partido y del Gobierno, que hoy participará en el cierre de campaña de su organización en Lugo y Ourense. "Queremos decirle al PP y a Feijóo que si quieren sacar al ruedo en los últimos de la campaña a Rajoy, lo primero es que Rajoy se disculpe y reconozca la importancia de la corrupción", exigió.