La localidad lucense de Sober es uno de los concellos gallegos en el que más personas de 100 años acudirán mañana a depositar su papeleta para elegir alcalde y votar a las elecciones europeas. Su censo cuenta con diez ancianos que sobrepasan la centena, tres hombres y siete mujeres, uno por cada 230 vecinos, según cuenta en una conversación con el alcalde del municipio, Luis Fernández Guitián.

No es tan extraño que la concentración geográfica de estos privilegiados a los que parece que la vida les regala tiempo y salud suceda en Galicia ya que, según un estudio de la Universidad de Oporto, la comunidad gallega es una de las áreas de Europa donde un mayor porcentaje de la población supera la esperanza media de vida. El regidor comenta que ocho de los diez centenarios están en perfectas condiciones "para tener esa edad" porque Sober es un municipio muy activo, puntualiza, y al hilo de esta observación argumenta que la mayoría se dedicaron a las labores del hogar o al campo. Confiesa además que a él le beneficia que el suyo sea uno de los municipios en el que más personas con más de 100 años votan, ya que "la gente mayor suele ser más conservadora, es decir, más del Partido Popular".Uno de los que está en perfectas condiciones es Alfonso Llano, un vecino de Sober de 101 años que desvela que ya ha votado por correo y que participa en todos los comicios, participa. El centenario detalla que le hacen especial ilusión las municipales, porque puede votar a conocidos y amigos; por eso admite que las generales le importan menos ya que no sabe "cuál será el mejor presidente, ni el más malo".

Sober no es el único ayuntamiento con el don de la longevidad, puesto que dos partes de España que sobresalen por este hecho son Málaga y, sin salir de Galicia, el municipio coruñés de Melide. En 2018 había en esta localidad 372 vecinos que pasaban de los 85, cuando la población total era de 7.443. María Barreiro, que supera, y de largo, esta cifra, es una de las mujeres más conocidas en Melide porque, a pesar de que en junio va a cumplir 106 años, hasta el año pasado estaba en perfectas condiciones. Su hija Esther Varela declara que su madre siempre fue a votar y rememora que "e hacía ilusión ejercer su derecho al voto y que le gustaba muchísimo la política, de la que siempre hablaba con la exalcaldesa del municipio, hoy conselleira, Ángeles Vázquez.