Lleva en un bolsillo la tarjeta Millennium y en el otro un euro con veinte céntimos por si no tiene saldo. Todo controlado, nada al azar. Inés Rey será la primera alcaldesa electa y también la primera alcaldesa ochentera. Cerca de cumplir los 37, su trayectoria profesional como abogada rebasa la década y su trayectoria como militante socialista supera la mayoría de edad. Con 21 años dio su primer mitin. En el Palacio de la Ópera como telonera de Francisco Vázquez y benjamina de la candidatura para las municipales de 2003. Era, dicen, una "enérgica" líder estudiantil, crítica con el Rectorado de Meilán Gil, que años más tarde, en 2011, llegaría a ser candidata al Senado. Eran tiempos difíciles para el partido tras el triplete del PP en autonómicas, municipales y generales. Tras estas ´últimas, pasó a un segundo plano, un periodo de sombra que finalizó el pasado año, hasta las primarias del PSOE, en las que apoyó a Susana Díaz y reivindicó el legado socialista en la urbe.

"Me subestimaron, dije que me sentía con fuerzas para ganar y así fue", declaró tras ganar las primarias para ser candidata. Se impuso a tres hombres. Todos tenían más edad pero ninguno alcanzaba sus años de militancia. Se afilió en 2001 "por ideología". Relata que cuando alcanzó la mayoría de edad hizo tres cosas: sacar el carné de conducir, registrarse como donante de órganos y pasar a formar parte de la familia socialista, primero en Juventudes, pronto en el partido.

Se acuerda perfectamente del ruido de los cubiletes de las señoras jugando al parchís en la cafetería La Barra mientras Javier Losada le ofrecía ir en la candidatura de un incontestable Francisco Vázquez en 2003, el último de los comicios a los que se presentaría antes de hacer las maletas para el Vaticano. Tenía 21 años cuando abrió el último mitin de aquella campaña. "El domingo votaré, Paco, por primera vez y lo haré con corazón socialista y coruñés", proclamaba.

El exconselleiro José Luis Méndez Romeu, uno de sus mentores políticos, recuerda su "personalidad fuerte" y el "empuje" que demostró "desde su primer acto público", con "capacidad de discurso vivo y agradable, simpático y afectuoso". "Fue un descubrimiento cuando era muy joven, y todas esas cualidades han acrisolado", comenta.

Como dirigente estudiantil, llegó a ser la más votada en las primeras elecciones a las que se presentó, por el sindicato Iesga, ligado al PSOE. En la Facultad de Derecho le dio clase el hasta ahora alcalde, Xulio Ferreiro, también el exedil del BNG Xosé Manuel Carril y la directora de la Asesoría Jurídica, Marta García. La facultad es la gran cantera de la política coruñesa. Compartió, por ejemplo, órgano estudiantil con Nazareth Cendán, la que será edil más joven del futuro grupo del PP, que estaba en un sindicato rival.

Tras la primera experiencia en listas, Rey repitió cuatro años después en el número 19 en la de Javier Losada, con el que tiene parentesco: la abuela del delegado del Gobierno era prima de la bisabuela de la futura regidora. En aquella noche electoral de 2007, la crónica describe cómo se le llenaban los ojos de lágrimas al ver que el PSOE, tras casi un cuarto de siglo, perdía la mayoría absoluta. Tendría que pactar con los nacionalistas, lo que causó un divorcio entre Vázquez y sus sucesores.

Y llegó 2011. Y fue el desastre. Rey, una militante ya con poso, fue la primera que decidió dimitir de la Ejecutiva, en donde era la más joven. Lo acabó haciendo, al estar en contra del rumbo de la línea oficial del partido, marcada por Javier Losada y la que sería su sucesora, Mar Barcón, a la que Méndez Romeu le disputó la Secretaría General sin ´éxito. Las generales evidenciaron el descasamiento creciente en las filas socialistas al alejarse del poder, todavía sin coser. Rey fue candidata al Senado, como lo fue también Losada. Pero hicieron campaña por separado y sufrieron la derrota por separado. Ella de la mano de Francisco Caamaño y con el apoyo de Vázquez. "A veces hace falta renovar, caras nuevas, hay aquí una niña a la que le tengo mucho cariño, Inés, a la que presenté yo en el Palacio de la Ópera", decía el exembajador, que sin embargo el domingo le ofreció su voto a Beatriz Mato, según dijo esta.

Uno de sus inseparables de la época era Pablo Arangüena, también abogado, que hace un mes fue elegido diputado. "Fue la primera militante con la que entablé amistad en el partido, que mantengo por encima de la política", dice el número dos de Gonzalo Caballero. Destaca su "agudo sentido del humor, que incluye saber reírse de sí misma" y que comparte su afición por la lectura, "relativamente poco frecuente en la política actual".

Lectura y música, con Van Morrison como respuesta siempre que le preguntan a esta abogada, especialista en Derecho Penal y de Familia, muy buena estudiante en el Hogar de Santa Margarita y que presume de ocho apellidos coruñeses. Madre de un niño y una niña, en sus 1,53 centímetros se concentran, según sus allegados, una persona "líder", "inteligente", "vehemente", incluso "apasionada", pero a la que le gusta analizar todas las variables y le incomoda no tener las cosas previstas. Entre sus defectos, ella misma señala la "impaciencia".