En los países desarrollados la mejora de las condiciones de vida está directamente relacionada con el incremento de la longevidad. Pero, no es menos cierto que no todas las personas mayores gozan de un estado de bienestar óptimo, existiendo grandes diferencias cuando nos referimos a este colectivo pero con discapacidad y/o dependencia. Galicia cuenta actualmente con una población de 650.483 personas mayores de 65 años (23,75%), de las que 105.593 (16,23%) tienen más de 85 años. En estos últimos, las patologías edad-dependientes como la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebro-vasculares o las demencias „la más frecuente de ellas, la enfermedad de Alzheimer„ constituyen verdaderos problemas socio-sanitarios que la administración no ha resuelto adecuadamente siendo, en la mayoría de los casos, las propias familias las que asumen el cuidado sin tener los conocimientos o recursos económicos suficientes. La atención de las patologías generadoras de mayor dependencia, las demencias, que posiblemente afecten en Galicia al 10% de las personas mayores de 65 años, pasa por la consulta especializada y la intervención farmacológica, tanto para frenar la evolución de su deterioro cognitivo como para mitigar trastornos psicológicos y conductuales. Al igual que la mayor parte de los trastornos del aparato locomotor son subsidiarios de rehabilitación, sabemos que a través de la intervención no farmacológica podemos obtener resultados en la intervención de personas con demencia, tanto desde el punto de vista del deterioro cognitivo como del control de los trastornos neuropsiquiátricos. En esa línea, consideramos la necesidad de incrementar la oferta de centros especializados que, tanto en régimen de estancias diurnas como de estancias temporales en residencias, actúen sobre el paciente minimizando la repercusión de la enfermedad sobre él mismo y su entorno, facilitando en la medida de lo posible la vida independiente.

Los centros gerontológicos, al estilo del Complejo La Milagrosa, han nacido para dar a la persona mayor con enfermedades crónicas que cursen pérdida de su capacidad funcional y/o alteraciones conductuales, el tratamiento rehabilitador más adecuado, tanto desde el punto de vista físico (posturografía computarizada para trastornos del equilibrio y/o de la marcha) como cognitivo (jardín gerontológico o sala de estimulación multisensorial tipo Snoezelen), Y para ello cuenta con los profesionales más cualificados en gerontología y/o geriatría, que además de realizar labores de investigación, aplican sus conocimientos en aras de conseguir los mejores resultados terapéuticos sobre sus pacientes. (Profesor Dr. José Carlos Millán Calenti-Universidad de A Coruña).