En los últimos tiempos ha habido una serie de revelaciones que han hecho que los usuarios se empiecen a preocupar por sus datos en Internet. Edward Snowden reveló cómo las agencias de información tienen acceso a datos directos de los proveedores de internet y de telecomunicaciones, y lo que es peor, los fabricantes de dispositivos instalan puertas traseras que permiten a dichas agencias acceder a los datos de los usuarios.

En paralelo a esta polémica, casos como el de Cambridge Analytics han hecho ver a los usuarios que servicios como Facebook o Google son capaces de recopilar una ingente cantidad de datos de sus usuarios y que los usuarios están indefensos ante el uso que se pueda hacer de esos datos. En este artículo les explicaremos qué tipo de datos recopilan estas compañías y cómo lo hacen, además les daremos algunos consejos para reducir la cantidad de datos que exponen en internet.Servicios Gratuitos

Los usuarios tienen una gran tendencia a demandar y usar servicios en internet sin un pago directo, creyendo que esos servicios son gratuitos. Que no se realice un pago directo no indica que un servicio sea gratuito, sino que el ingreso de la empresa viene por otra parte. Richard Stallman suele decir que si el servicio es gratuito entonces el producto es el usuario y eso es lo que pasa con grandes servicios como Facebook, Twitter o Google.

Google y Facebook no se han convertido en dos de las mayores compañías del mundo regalando sus servicios sin un plan de ingresos. Su negocio gira en torno al negocio de la publicidad, pero no de una forma tradicional (la venta de emplazamientos estáticos en páginas) sino con un enfoque completamente distinto: “mostrar los anuncios únicamente a compradores potenciales”.

Con este esquema se han adueñado del mercado de la conocida como publicidad orientada, Google o Facebook muestran a los usuarios anuncios basándose en sus intereses. ¿Alguna vez ha visitado una página web de aspiradoras y de repente todos los anuncios en todas partes se convierten en anuncios de aspiradoras? Ese es precisamente su negocio, hacer perfiles de los usuarios rastreando su actividad y orientar la publicidad en función de sus intereses. Hasta este punto, es una práctica bastante molesta, el problema viene del tratamiento de esos datos, ya que, como demostró Cambridge Analytica, no solo se utiliza para la publicidad. El hecho de que una compañía posea un completo historial de nuestras acciones y de sus preferencias es algo que debería empezar a preocuparles, no solo porque puedan darle un mal uso, sino porque esos datos pueden ser robados por terceros sin que ni la compañía ni usted sean conscientes.¿Cómo obtienen los datos?

Este tipo de compañías utiliza rastreadores para obtener sus datos, principalmente cookies de rastreo. Una cookie es una pieza de información que se guarda en el navegador y sirve para guardar datos de sesión para una página. Los navegadores controlan la seguridad de las cookies por dominios, es decir, solo el dominio que ha creado la cookie puede acceder a su contenido. Obviamente, esto no permite obtener muchos datos, pero estas compañías han desarrollado un eficaz mecanismo para saltarse estas limitaciones: los servicios gratuitos para los propietarios de la página. De esta forma, en una página web es posible tener datos de visitas con Google Analytics, o servicios de promoción en Facebook (Me gusta) con botonera especializada, o un servicio de captcha muy efectivo proporcionado por Google. Esto se hace mediante librerías gratuitas que se cargan desde el dominio del proveedor y que, por lo tanto, tienen acceso a su cookie. De este modo, por ejemplo, la librería de Google Analytics puede acceder al ID de usuario establecido en la cookie de Google y añadirlo a los datos de navegación que envía. Así sabe que ese usuario ha estado en esa página, cruzando estos datos con los datos del buscador sabe cuál es el contenido de las páginas visitadas.

Más del 90% de las páginas actuales tienen librerías de Google, Facebook/Instagram y/o Twitter con lo que la capacidad de obtener datos que tienen de esta manera es muy elevada, si además los cruzan con los datos propios de sus aplicaciones y los que obtienen de las aplicaciones móviles su capacidad de crear perfiles sobre los usuarios son impresionantes.¿No hay nada que uno pueda hacer?

Los consejos que les vamos a dar no son excluyentes, cada uno debe elegir qué acciones tomar, cada una de ellas les ayudará a mejorar su privacidad, cuantas más acciones, mayor esfuerzo, pero también mejor resultado.

No vale con no tener cuenta, aunque como hemos dicho las empresas utilizan un ID de usuario para rastrear la actividad de los usuarios, han contemplado la posibilidad de que alguien sin cuenta navegue por internet, por lo que, en ausencia de cuenta de usuario se asignará un usuario único a cada visitante identificado por sus códigos de rastreo.

La mejor forma de librarse de esos códigos de rastreo es usar la navegación privada en los navegadores que lo permitan, ojo, el modo incógnito de Chrome rastrea la cuenta de Google, así que no es una opción. Si utilizan como navegador Firefox, además del modo privado pueden complementarlo con extensiones que bloqueen las cookies de rastreo. DuckDuckGo, además de un buscador alternativo que promete respetar la privacidad del usuario, ofrece una extensión para bloquear los rastreadores y asegurarse de que la comunicación sea lo más segura posible.

Aun usando un navegador privado, Google o Facebook pueden identificarle si ingresa en sus aplicaciones, por lo que se recomienda usar el modo privado y cerrar el navegador si visita alguno de estos sitios para evitar fijar la cookie de rastreo.

Estas medidas le permitirán reducir la huella que se deja en internet mediante cookies de rastreo, pero lo mantendrán a salvo de las escuchas de operadores y agencias gubernamentales, la única forma de evitar este tipo de rastreos es mediante el uso de una VPN para encriptar las comunicaciones, esto abrirá un túnel seguro en el que el contenido no estará disponible, aunque se tenga mecanismos de escucha.Conclusiones

Los usuarios han dejado durante mucho tiempo su privacidad en manos de compañías que han demostrado aprovecharse de esa confianza. El problema no es que esos datos se utilicen para enfocar la publicidad, sino el posible uso que se les pueda dar para influir en el propio usuario, o lo que es peor, la posibilidad de que esos datos caigan en manos de terceros sin que el usuario sea notificado y sin que pueda hacer nada para evitarlo.