El pasado mes de julio, Susana Soneira fue reelegida como presidenta del Colegio de Graduados Sociales de A Coruña y Ourense. En los que serán sus últimos cuatro años en el cargo, debido a la modificación de los estatutos del colegio apoyada por ella misma, Susana Soneira nos cuenta cómo se presenta el futuro del colectivo y los grandes retos a los que se enfrentan.

- ¿Cómo afronta estos próximos cuatro años?

Con ganas de seguir trabajando y luchando por el reconocimiento que merecemos los graduados sociales. Tengo sentimientos encontrados: por una parte, pensar que son mis últimos cuatro años representando a este extraordinario colectivo me deja un sabor amargo. Por otro lado, me reconforta saber todos los beneficios que tendrá dejar paso a las nuevas generaciones. Nuestro objetivo cuando modificamos los estatutos para, entre otras cosas, limitar el tiempo de mandato de los presidentes, era dar la oportunidad al resto de compañeros de involucrarse y participar de manera activa en el colegio.

-¿Qué propuestas tiene para esta nueva legislatura?

La formación del profesional o el desafío de seguir involucrándonos cada vez más en la jurisdicción social son nuestras prioridades. Los graduados sociales, como expertos jurídicos socio-laborales, podemos defender a nuestros clientes en ese ámbito en el que debemos ser un referente.

-¿Cómo han vivido los graduados sociales la crisis de la Covid?

Desde el primer momento hemos estado en primera línea, en lo referente a las consecuencias laborales y para el tejido empresarial de nuestro entorno. Somos los profesionales encargados de tramitar demandas de trabajo, ERES, ERTES, ceses de actividad de autónomos, y todo lo relacionado en el ámbito laboral y de la Seguridad Social de nuestros clientes. Gestionamos el 80% de las pequeñas y medianas empresas del país, no nos asusta el arduo trabajo y la tensión a la que estamos sometidos, lo que nos decepciona es que las administraciones no cuenten más con nosotros.

-¿Qué han echado en falta por parte de las administraciones?

Comunicación y reconocimiento. Creemos que nuestro colectivo es clave en materias laborales. Los graduados sociales somos los mejores interlocutores con la administración y, aunque tenemos muy buena relación con ella, sentimos que no se nos tiene en cuenta lo suficiente. Tendríamos que reunirnos con más frecuencia para poder exponer los problemas que surgen del día a día y poder solucionarlos.Por otra parte, esperamos que el gran esfuerzo y la inmensa labor que hemos y seguiremos desempeñando mientras dure esta crisis se reconozca algún día.

-¿Los retos a corto plazo?

En primer lugar, intentar volver a la normalidad en el ámbito laboral. A partir de ahí, creo que es necesario reflexionar sobre los cambios que están acaeciendo en el mundo de las relaciones laborales a una velocidad vertiginosa. Las auditorías laborales, los planes de igualdad, los protocolos sobre acoso laboral o la mediación, son ya una realidad en nuestro día a día, por lo que serán prioritarios en nuestra formación.