Las recientes políticas europeas sobre eficiencia energética hacen énfasis en la necesidad de reducción del consumo y despilfarro de energía, sin disminuir el confort y la calidad de vida, protegiendo el medio ambiente y fomentando un comportamiento sostenible en su uso. Ya la Ley 7/2017 de 14 de diciembre, de medidas de la eficiencia energética y garantía de accesibilidad a la energía eléctrica, incidía en su artículo primero, en la necesidad de conseguir la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, disminuir la dependencia energética exterior y asegurar el abastecimiento energético de la población y la industria.

Numerosos estudios relacionados con el consumo energético durante los últimos años han puesto de manifiesto que la industria no es el principal agente responsable de las emisiones de efecto invernadero, sino que también contribuyen de forma significativa el transporte y, muy especialmente, la edificación. En relación con esta última, hay que destacar que los inmuebles de todo tipo son responsables del 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, generados durante su construcción, utilización, renovación y demolición.

Los ingenieros de Minas y Energía, conscientes de estos hechos y gracias a su formación, han sido capaces de estudiar y mejorar las técnicas de ahorro energético que ya se venían aplicando a la industria desde hace tiempo, participando en proyectos innovadores en el área de la ingeniería energética, la Industria 4.0, la integración de energías renovables en edificios y comunidades o el Big Data análisis y su aplicación a la eficiencia energética.