Quienes ya la conocen la definen como un auténtico paraíso. Ubicada al sur de las Rías Baixas, la preciosa villa marinera de Baiona La Real destaca por su suave clima, el confort de sus calles y la belleza de sus paisajes. El enclave ideal para que los visitantes disfruten de sus hermosas vistas frente al mar, con uno de los paseos marítimos más impresionantes de toda Galicia. Las numerosas terrazas de su histórico Casco Viejo, los senderos de sus montes y parques o sus casi cuatro kilómetros de playas son solo otros de los atractivos que conquistarán a los más exigentes.
Uno de los destinos más hermosos de las Rías Baixas, en el que paisaje, historia y costumbres se unen al olor a mar, una amplia de oferta de actividades náuticas y algunas de las mejores panorámicas de la comunidad para convertirlo en el lugar idóneo en el que disfrutar de una breve o larga estancia.
Así es, tanto en el entorno marítimo como en el de la sierra de A Groba, Baiona dispone de amplios lugares de esparcimiento. Los más transitados son los paseos marítimos. De anchas aceras, las avenidas marítimas como Elduayen y Alférez Barreiro y los paseos Pinzón, Ribeira y Monte Boi, invitan al sosiego que produce caminar al borde del mar.
Los parques que hay camino de la sierra de A Groba, por su parte, son igualmente ideales para el reposo. Destacan en este sentido el monumento de la Virgen de la Roca o el parque de Mercedes Escalera, una superficie natural de 15000 m2 con merendero y elementos de piedra rústica, así como los miradores de Cortelliño, Chan da Lagoa y Chan da Arquiña.
Parte del primer reino medieval de Europa
Baiona La Real está protegida de mar abierto por una preciosa bahía y cuenta con una situación inmejorable para el abrigo de las embarcaciones deportivas y de pesca. Presume también de pasado como parte del “Primer reino medieval de Europa”, tal y como prueba la Carta Puebla que Alfonso IX dictó en 1201 y con la que ratificó el nombre de Bayona en contra de Erizana, favoreciendo con fueros y privilegios para que fuese grande y poderosa.
Especialmente reseñable es también en esta línea la Arribada de la Carabela Pinta a la villa, con nada menos que la noticia del Descubrimiento de América, un hito histórico que el municipio celebra cada año de la mano de su Fiesta de la Arribada, declarada de Interés Turístico Internacional.
En pleno año Xacobeo, tampoco se puede olvidar su casco antiguo, declarado “Conjunto de Interés Histórico Artístico” por la Xunta de Galicia el 1 de marzo de 1993 y por el que discurre parte del Camino Portugués por la Costa, una ruta reconocida oficialmente en el año 2016, que presume de sabores con identidad propia a través de una apuesta gastronómica exquisita: a los atractivos de un lugar que invita al sosiego antes que a cualquier otra cosa, se suma el confort que ofrecen sus diversos puntos hosteleros. Desde antiguas casas solariegas, hoy convertidas en hoteles con encanto, hasta modernas instalaciones en primera línea de playa, turismo rural, camping, etc., donde cada cual encuentra la respuesta a sus necesidades.
Una villa en la que cada detalle está cuidado al máximo para disfrute de sus visitantes y cuya excelencia turística ha sido reconocida en incontables ocasiones la Q de Calidad Turística para su oficina de turismo, un distintivo que avala su impecable prestación del servicio al turista, metodología de trabajo, e instalaciones y accesibilidad.
