El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz negó ayer en la Audiencia Nacional tener conocimiento por su cargo de la operación Kitchen, presuntamente montada desde su departamento con fondos reservados para espiar al antiguo tesorero del PP Luis Bárcenas. En contra de lo declarado la víspera en el mismo escenario por Francisco Martínez, el que fuera su número dos, el exministro manifestó al juez García-Castellón haberse enterado de todo por la prensa y exoneró de cualquier responsabilidad tanto al entonces presidente Mariano Rajoy como a Dolores de Cospedal, ministra y secretaria general del partido en aquella época. Ese supuesto desconocimiento resulta "francamente deprimente" y lleva a sospechar que por debajo del titular de Interior "había un reino de taifas", expuso el magistrado durante el interrogatorio.

El exministro del Interior citó sin que nadie le preguntara tanto al expresidente Mariano Rajoy como a la exsecretaria general del PP, pero fue para exculparles de cualquier vínculo con lo que investiga el juez García-Castellón. Fernández Díaz negó que ninguno de los dos le hubiera encomendado actuación alguna relacionada con Luis Bárcenas, porque, sostuvo, no existía preocupación por la documentación comprometedora para la cúpula del partido que pudiera guardar.

Su estrategia de defensa consistió en negar la mayor. Declaró ignorar quién era Sergio Ríos, el chófer de Luis Bárcenas que colaboró en el espionaje ilegal al que era por entonces su jefe. Esa manifestación chocaba directamente con la realizada la víspera por el que fuera su segundo, quien sostuvo ante el magistrado que fue el ministro quien le dio el nombre del conductor. Según el exsecretario de Estado de Seguridad, Fernández Díaz estaba al tanto de lo que él creía una operación policial legal, encaminada a buscar la fortuna oculta del extesorero.

El exministro aseguró que se enteró de la Kitchen por la prensa y que no estaba en el día a día de las operaciones policiales, limitándose a recibir información a través de su equipo de lo que podía necesitar para sus comparecencias parlamentarias.

Sin relación con Villarejo

La insistencia de Fernández Díaz en su desconocimiento de lo que ocurría en el ministerio fue tal que resulta "francamente deprimente", señaló el magistrado, al dejar la impresión de que por debajo de él hacían lo que querían. Lejos de enmendar al juez, Fernández Díaz ahondó en esa línea al declarar que se enteró por Rajoy del registro de la sede central del PP, ordenado por el juez Pablo Ruz en la causa de los papeles de Bárcenas, justo la que se intentaba frustrar con el espionaje ilegal de la familia del extesorero.

Fernández Díaz se desmarcó del excomisario Villarejo con el argumento de que él fue el décimo ministro del Interior, "y el último", con el que actuó el antiguo policía, ahora en prisión y epicentro de toda una serie de casos relacionados con las cloacas policiales. Añadió que solo conocía a Villarejo de un par de actos protocolarios.

El exministro hizo extensiva su exoneración de Dolores de Cospedal a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, a quien dijo conocer mucho, pero que tampoco le pidió nunca nada. Anticorrupción solicitó al juez la imputación del matrimonio, que aparece con frecuencia en el sumario, y el magistrado lo rechaza por ahora.

El exministro también desmintió a su número dos sobre los SMS que Francisco Martínez asegura que le envió su entonces superior y de los que, tras ser imputado, quiso dejar constancia ante un notario. Fernández Díaz niega haberlos visto y se mostró muy dolido con las afirmaciones de su antiguo hombre de confianza. Eso motivó que los fiscales de Anticorrupción Ignacio Stampa y Miguel Serrano solicitaran al juez que se revisara su móvil, para lo que el exministro debía entregarlo o, en caso de negarse, que le fuera requisado. La defensa puso objeciones por estar imputado, pero finalmente el exministro entregó el aparato. Fernández Díaz explicó que se trataba de una terminal distinta a la que tenía en 2013, pero el número era el mismo. Uno de sus argumentos para calificar de "montaje" los mensajes pasa, según fuentes jurídicas, por que en uno de los mensajes supuestamente remitidos a Martínez se sustituía una "q" por una "k", algo que no es habitual en los textos escritos por el exministro.