I Inversiones alternativas

Coleccionismo, rentabilidad y pasión

Sellos, relojes, cuadros, joyas, vehículos... el coleccionismo es una emoción pero también un activo de alta rentabilidad. se trata de un mercado a medio plazo y ajeno al ciclo económico. los expertos recomiendan buscar mercados líquidos, con gran cantidad de inversores

Aunque cualquiera que deposite su dinero en un activo busca una rentabilidad, existe algo puramente emocional cuando el objeto de la inversión no es un bien inmobiliario o un bono del Estado sino un artículo de coleccionista. «Hay dos perfiles de inversor: el que busca diversificar su cartera y el que siempre ha tenido interés por algo y no se había atrevido. Es algo generacional. En el arte y con los coches. Todos queremos comprar el vehículo con el que soñábamos de niños», evoca Oriol Vilanova, impulsor de Fund Drive, el primer fondo de inversión dedicado al coche antiguo en España y radicado en Barcelona. Puede ocurrir con los vehículos, pero también con relojes, cuadros o joyas.

«El arte es subjetividad», dice la galerista valenciana Ana Serratosa y eso puede complicar la inversión. «El de los bienes tangibles es un mercado complicado. Aparte de las variables económicas intervienen otras variables sobre el bien en que se quiere invertir, si es arte, monedas, coches, sellos, etc. Siempre tenemos que ir de la mano de especialistas», aconseja José Luis Coca, decano de la Facultad de Finanzas de la Universidad de Extremadura y uno de los mayores expertos en coleccionismo.

RELOJES VINTAGE

reloj vintage

En el mercado de bienes tangibles la inversión siempre es a medio y largo plazo, entre 5 y 10 años. Es un factor a contemplar. Otro: hay que analizar la liquidez del sector. Por eso, José Luis Coca aconseja invertir en mercados amplios, en los que existan miles, o mejor millones, de coleccionistas e inversionistas. El de los relojes de culto podría ser uno de ellos. Según datos de la consultora Knight Frank, en 2017 la rentabilidad a un año del reloj de colección es del 4%; y del 66% a diez años. En 2017, un coleccionista pagó 15 millones por el Rolex Cosmograph Daytona que usaba el actor Paul Newman, convirtiéndose en el reloj de pulsera más caro del mundo. La anécdota da cuenta del grado de pasión que puede generar este mercado, y las posibilidades de revalorización de estas piezas a través de factores como la celebridad de los usuarios. Hay casas como el portal Andhora.com que asesoran en estas inversiones.

DEL 6% AL 457% DE RENTABILIDAD

joya

El mercado de bienes tangibles ha sido considerado un valor refugio, ya que en momentos de crisis o de variaciones económicas han aguantado mejor que los financieros: «Los coleccionistas compran por pasión, por placer... tienen una rentabilidad de disfrute distinta a la rentabilidad económica y no tiene nada que ver con las crisis económicas», explica José Luis Coca. Los datos de la consultora Knight Frank correspondientes a 2017 confirman que, salvo alguna excepción, este tipo de activos son por lo general rentables, aunque necesitan un ciclo largo de inversión para conseguir los mejores retornos. El vino, por ejemplo, deja una rentabilidad del 24% en un año y del 267% a los diez años; los sellos, de un 1% el primer año, y del 133% una década después. Los relojes, un 66% en una década; la joyería, un 147% y, los coches, la mayor rentabilidad: del 457% en diez años.

ARTE «doble disfrute»

arte

En opinión de José Luis Coca, «las inversiones en bienes tangibles de colección siempre han estado en manos de la clase media y la clase alta, por motivos culturales y sobre todo económicos, dado el precio de las obras y el conocimiento del mercado». La galerista valenciana Ana Serratosa, por su parte, matiza el mito de la inaccesibilidad a este mercado: la inversión en arte es asequible para todos los bolsillos. Según explica, la existencia en la actualidad de muchos museos de arte contemporáneo en los que se expone a artistas vivos (a diferencia de otras épocas, en que solo se exhibía a los clásicos consagrados), convierte la inversión en artes plásticas en algo mucho más accesible. Inversiones a partir de 2.000 euros, cifra a modo de ejemplo, permiten acceder a obras de artistas que aún no han sido promocionados. Y apunta, lo más importante: hay que ir a obras de madurez del artista, no de transición. «Es muy importante comprar calidad, porque eso al final tiene salida», explica Serratosa. Para la empresaria, la inversión en arte es un «doble disfrute»: «Tienes una obra en la pared, con calidad y en el futuro tendrá salida», resume. La revalorización de este tipo de activos depende de factores externos, como el hecho de que un artista se ponga de moda, o que se caliente el mercado tras exposiciones en las mecas artísticas de Londres y Nueva York.

COCHES CLÁSICOS

coche

El primer fondo de inversión en automóviles clásicos en España acumula en apenas dos años una rentabilidad de entre el 20% y el 25%. Según explica su impulsor, Oriol Vilanova, en los últimos años este mercado se ha estabilizado tras un tiempo de gran crecimiento. La expansión será más tímida a medio plazo. Este fondo asegura que la inversión óptima en estos vehículos tiene un ciclo de entre 5 y 7 años. Su operativa es sencilla. Se crea un vehículo de inversión para realizar las aportaciones y cada interesado inyecta cantidades a partir de 20.000 euros. Se crea un plan de márketing para dar más notoriedad al coche, a la espera del momento adecuado para la venta. «La clave de la inversión es tener know how y adelantarse a las tendencias», explica Vilanova. Según la entidad aseguradora especializada en coches antiguos Hagerty, en 2014 el mercado mundial movió 1.100 millones. La consultora Knight Frank señala que, según datos correspondientes al cierre de 2017, la rentabilidad de estas inversiones alcanza el 9% en un año, y se quintuplica en una década.