Al Dépor le costó todo en esta vida. Nació en 1906 y el Coruña siempre iba por delante. Le superó. Nunca ocultó su pretensión de ser referente en Galicia, a pesar de la supremacía del fútbol vigués. Lo logró siendo por fin campeón gallego en 1927. Quería jugar en Primera desde 1928 y lo peleó hasta 1941. Fue suyo.

Los títulos también se hicieron de rogar, casi 90 años, pero a día de hoy sigue siendo el único club de fútbol de esta comunidad con trofeos en sus vitrinas: una liga, dos copas y tres supercopas de España. Pertenece al selecto club de nueve entidades que han ganado la Liga y la Copa.

Se quemó una grada para ascender después de dos décadas y fue, tras un diluvio y una final en dos actos, que logró su primer título en 1995. "Teníamos una rabia interior que nos obligaba a que la Copa fuese nuestra". Alfredo, héroe tras la reanudación en el Bernabéu ante el Valencia, no ocultaba en 110% BLANQUIAZUL que el episodio del penalti de Djukic estaba en el ánimo del grupo. Era el Superdépor, terremoto futbolístico de los 90. Pero él, Bebeto, Fran... se trajeron el primer trofeo. José Ramón lo levantaba al cielo de Madrid.

Fran, como había hecho su hermano siete años antes, levanta en 2002 la Copa del Dépor tras ganarla en el medio de la fiesta del Real Madrid.

"Ese gol fue un regalo de Dios". Donato, ese que tenía que haber tirado la pena máxima seis años antes, se encargó de saldar la deuda y darle la Liga de 2000. En 1950 había sido suya cuatro minutos en la última jornada con el equipo de Scopelli y una Canaro en ciernes, ahora nadie se la quitaría. A Coruña vivió la fiesta de las fiestas.

Djukic, Ribera y Mijatovic, en el diluvio de 1995.

Y en 2002, mientras asaltaba templos europeos, hizo un alto para aguar la fiesta del Madrid y llevarse la Copa del Centenariazo, la segunda. El Bernabéu se tiñó de blanquiazul. "No hubo nada como esa noche con nuestra gente en Madrid". Palabra de Scaloni.