El último mes de 2002 puso punto y final a un emblema industrial coruñés, la Fábrica de Tabacos que venía funcionando desde 1808 en el vetusto edificio de A Palloza construido en 1764 para albergar la sede de los Correos Marítimos, el monopolio comercial con América otorgado por Carlos III que transformó a esta urbe en una de las metrópolis españolas más pujantes en el siglo XVIII. La factoría coruñesa llegó a emplear en su época de mayor auge, en el arranque del siglo XX, a cuatro mil trabajadoras, las populares "cigarreras" que Emilia Pardo Bazán inmortalizaría en su novela La Tribuna.

El fin de Tabacos se enmarca en el ocaso de las tradicionales industrias coruñesas ligadas al Estado, tras su privatización por el Gobierno, que supondrá también el cierre pocos años más tarde a la Fábrica de Armas.

Las últimas de las 220 cigarreras que trabajaban en la histórica factoría abandonaron sus puestos el 20 de diciembre, en vísperas de unas amargas Navidades. El ulular de la sirena que durante doscientos años avisó del inicio y final de las jornadas de trabajo sonó ese día por última vez a las dos en punto de la tarde. "Es una pena que una ciudad no tenga su propia industria y que dependa sólo de los servicios", sentenció Elvira Alonso, última presidenta del comité de empresa.

El cierre dio pasó a una operación inmobiliaria. En tres de las seis parcelas de la antigua fábrica se han construido pisos protegidos. Las restantes fueron vendidas en 2005 por Altadis, la multinacional que cerró la fábrica, por 79 millones. La compradora, una constructora del grupo San José, obtiene en 2007 licencia para hacer 80 pisos. Pero la crisis del ladrillo deja el proyecto en el limbo durante ocho años, hasta que vuelve a reactivarse en 2015.

El edificio del siglo XVIII permaneció casi doce años en ruinas. El Ayuntamiento coruñés se plantea a partir de 2009 cedérselo a la Xunta para instalar la Ciudad de la Justicia que albergará la Fiscalía, la Audiencia Provincial, Juzgados de Menores y Vigilancia Penitenciaria. La falta de entendimiento entre ambas Administraciones hizo que las obras de rehabilitación no comenzaran hasta 2012 y aún no hayan concluido.