Es muy curioso que la ciudad de A Coruña, sin ser sede de una televisión de cierta dimensión, sea un centro de producción audiovisual y de cine tan significativo. Es curioso, pero viene de largo. A Coruña empezó pronto en esto del cine, Jose Sellier fue un pionero allá por 1897.

La escuela de Imagen y de Sonido de A Coruña, el CGAI, la Universidade da Coruña, la Academia Galega do Audiovisual y mucha voluntad por parte de diversos profesionales involucrados en el cine y en el audiovisual son muy responsables de que podamos presumir hoy de un cine y un audiovisual coruñés.

Poseemos la capacidad, aún sin explotar, para ser un verdadero referente y atraer filmaciones ambiciosas. Tenemos grandes profesionales, tenemos grandes actores, tenemos una ciudad con personalidad y carisma, gozamos de una ciudad creativa, somos una ciudad que cree en ella misma. Gozamos de zonas urbanas con cierto aire de modernidad, en contraposición a otras zonas más modestas y un tanto decadentes, edificios históricos, callejuelas con encanto€ playas urbanas, playas salvajes al lado de la urbe€ montaña, campo, acantilados€

Para los que nos dedicamos al cine, es un orgullo ayudar con nuestra actividad a nuestra ciudad, porque es indudable que la industria del cine es de las industrias que más puede hacer por cualquier ciudad del mundo. Ojalá tuviésemos un sector más fuerte, un sector que significase para A Coruña el 5% de lo que la industria del cine supone para la ciudad de Los Ángeles.

El cine es generación de trabajo, es imagen, es una ventana al mundo, es promoción, es turismo, el cine es la manera ideal de hacer marketing de una ciudad. Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Boston, Londres€ lo saben.

Mi problema es que no puedo dejar de pensar en grande, con

ambición, algo que se refleja en las películas que producimos, por eso cuando proyecto hacia el futuro y pienso donde estaremos dentro de quince años, sueño con una Coruña compitiendo en la primera liga mundial. Y obviamente esto es soñar, pero es que el mundo solo lo mueven y lo cambian los soñadores.