Aprovecho esta oportunidad para trasladar en estas líneas mi más sincera enhorabuena a todo el equipo de

LA OPINIÓN A CORUÑA por el excelente, y nada sencillo trabajo de estos quince años, lo cual me da pie a explicar que, con motivo de este 15º aniversario, he sido invitado a hacer una reflexión o proyección de cómo me imagino yo el futuro, de cómo veo nuestra ciudad y el área metropolitana dentro de otros quince años, y he de reconocer que no ha sido tarea fácil, ya que quince años pueden no ser nada, o, por el contrario, pueden cambiarlo todo.

Si lo planteamos a nivel general, en nuestro día a día, puede parecer que más allá de la evolución natural, del desarrollo esperado por cada uno de nosotros, no ha cambiado nada, o por lo menos no creemos que sea tiempo suficiente para cambios radicales. Pero al mismo tiempo, en el aniversario de un medio de comunicación, no puedo dejar de pensar mirando atrás en los enormes cambios que hemos vivido en los últimos quince que, entre otras cosas, han reescrito la manera en que nos comunicamos, en la manera en la que consumimos la información, e incluso la marera en la que nos relacionamos entre nosotros y por supuesto con el mundo. Un reto para todos, en el que estamos siempre en constante adaptación. Las redes sociales, origen y destino de la información, parece que siempre han estado aquí jugando un papel relevante, pero la realidad temporal es que Facebook tiene poco más de diez años.

Por tanto he de concluir que quince años, no son nada, "son mucho". Y como yo me considero optimista y positivo y creo que la vida hay que vivirla con pasión, o por lo menos yo no se vivirla de otra manera, creo que el futuro debemos planteárnoslo como un reto, un desafío en el que nos permitamos soñar, porque a veces los sueños se cumplen.

Yo veo en este futuro próximo, que hoy nos atrevemos a pronosticar, a una ciudad vital, capaz de ser reconocida en el mundo como foco de creatividad, porque lo somos, en ámbitos tan relevantes como el diseño y la moda, referentes en el todo el mundo, también en la cultura, el arte o nuestra cuidada oferta gastronómica, que no tiene nada que envidiar en calidad y propuestas a ninguna cocina del mundo.

Nos veo por tanto marcando tendencias creativas y de consumo, y siendo capaces de convertir este valor en una palanca que nos permita dar prestigio a nuestros productos y servicios, que nos permita posicionarnos en un mundo cada vez más global y a la vez cercano en el que todo está disponible desde cualquier lugar y es fácilmente comparable, en el que una oferta diferenciada es crucial para nuestra competitividad.

Debemos trabajar estos próximos quince años para consolidar

A Coruña como un sello reconocido fuera y dentro, como una marca referente de origen y calidad, con una oferta cultural y de servicios de primera línea que se conviertan en atractivo y tractor, tanto para el turismo como para los negocios, que nos permita atraer y desarrollar el talento, el propio y el de fuera, porque nada enriquece más a una sociedad que su capacidad para abrirse al mundo, conectarse y absorber conocimiento.

Imagino ese futuro con la responsabilidad y el compromiso que siento, como persona y directivo de una empresa, que estoy seguro colaborará a todos estos sueños, con un altísimo compromiso.

Nuestra compañía se centrará en nuevos y ambiciosos proyectos, que consigan generar más empleo, producción e imagen en nuestra querida ciudad.

En conclusión, me imagino una ciudad, A Coruña, EXAGERADAMENTE BUENA.