Nos piden los amigos de LA OPINIÓN un pequeño ejercicio de prospección, imaginando en unas líneas, cómo será la ciudad dentro de quince años o, al menos, cuál sería nuestra A Coruña ideal para 2030. Siempre es sugerente „más para quienes nos dedicamos a la política y a elaborar propuestas de largo alcance„ anticipar la ciudad soñada e imaginar que aquellos elementos que consideramos esenciales para el futuro urbano se convierten en realidades. Pero basta, también, echar una ojeada a la hemeroteca de hace quince años „o de hace cinco„ para comprobar que la realidad es hoy lo suficientemente cambiante como para añadir aún más dificultad al ejercicio.

Pese a todo, vamos a intentarlo.. Retrocedamos, por un minuto, a año 2000; quince años atrás. Cuando LA OPINIÓN abría su primera portada a los ojos coruñeses, la ciudad bullía con el inicio de siglo. Aznar alcanzaba su mayoría absoluta; Zapatero ganaba el Congreso y en A Coruña los vecinos hablaban de política social, de mayores, de educación, de sus calles y sus barrios.. Aznar ya no gobierna; Zapatero tampoco, pero algunos de aquellos temas de conversación se han convertido en realidades.

A Coruña, año 2000. Comienzan los trabajos para la eliminación de los asentamientos chabolistas de Oleoducto, Casablanca y Orillamar. Los vecinos seguían las noticias con un escepticismo que solo disipaba la llegada de las excavadoras. A Coruña, 2030; el Servicio Municipal de Vivienda gestiona 16.000 unidades en la Bolsa de Alquiler. Cada mañana mientras el trasiego de coches y bicicletas llena de vida la tercera ronda, siempre hay quien recuerda que en lugar de pistas de tenis y pádel y runners madrugadores, antes había un mundo de latón en Penamoa. Cuando el cercanías de las siete cuarenta y cinco recorre el último kilómetro antes de llegar a San Diego la ría saluda a los madrugadores sin resto alguno de aquella Conservera de cartón y chapa.

A Coruña, año 2000. Nostián avanza lentamente, entre campañas de reciclaje y un futuro compost que tardó más de la cuenta. Con la basura por las laderas de Bens y el desprecio de las autoridades autonómicas, la ciudad se conjuró para avanzar en un nuevo modelo de reciclaje, a la altura de lo que la

Europa más avanzada proponía. A Coruña, 2030; el reciclaje, la reutilización y el compostaje son hoy plena realidad. Los coruñeses encabezan el ranking de las ciudades sostenibles. La gestión inteligente del agua, la comercialización del compost, la red de electrolineras...

Año 2000. En algún punto del Atlántico un buque navega a quince nudos. Un viejo petrolero que repite por enésima vez la ruta. Dos años más tarde harán su último viaje para volcar su negro contenido en las playas gallegas. A Coruña, 2030; Langosteira se convierte, un año más, en el puerto de mayor crecimiento del Estado. Tras sus inicios titubeantes en los que fue discutido y hasta denostado, el Puerto coruñés se ha convertido en uno de los principales de Europa. Su actividad comercial ha quedado contrastada y el exponencial desarrollo de sus tráficos ha demostrado el acierto a la hora de apostar por él. La ciudad, además, ha recuperado su fachada interior, galerías, paseos y una nueva playa miran al sur de la ciudad.

Año 2030. El domingo marathon. Al igual que los últimos años será la marathon metropolitana. Desde Cecebre hasta Barrañán y llegada en el corazón de la ciudad... todo a lo largo del paseo que recorre cuatro ayuntamientos y se ha convertido en el gran anillo verde de Galicia. Ah... y después de la marathon café y periódico, que mañana LA OPINIÓN cumple ¡treinta años!