No hay una respuesta fácil a la que seguro es la pregunta más complicada en toda la historia de la humanidad. Para #cambiarelmundo hace falta voluntad y la voluntad implica trabajo y compromiso. Un compromiso que deben asumir las personas, las empresas y los gobiernos, pero ¿en qué batallas debemos combatir? ¿lo cambiamos con la intención de mejorar?
No es posible cambiar el mundo de una vez. Hay que luchar desde distintos ángulos. En este sentido, las posibles vertientes deben siempre tener un único objetivo que es garantizar el bienestar de los hombres que pueblan la tierra. En este sentido, la Organización de Naciones Unidas ha marcado una hoja de ruta que contempla una serie de acciones posibilistas contra las que luchar. Entre ellas están la lucha contra la discriminación de género, la lucha contra el hambre, el apoyo al crecimiento económico, la protección de los bosques y de la biodiversidad, etc… Nos centramos en seis de los que más preocupan a la sociedad española y que se encuentran imbricados dentro de las soluciones que la ONU propone a medio plazo:
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes. Altera las economías nacionales, a la vida, a las personas y a los países.
Tener acceso a un agua libre de impurezas es fundamental para vivir, además existe la suficiente agua dulce en el planeta para lograr este objetivo.
Garantizar el uso eficiente de los recursos, energía y construcciones que no dañen el medio ambiente; y mejorar el acceso a los servicios básicos.
Gestionar de forma sostenible los bosques, luchar contra la desertificación, invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de la biodiversidad.
Erradicar la pobreza en todas las formas posibles: el hambre, la falta de vivienda o no tener acceso a servicios básicos como la educación, sanidad o energía.
Muchas personas ya experimentan los impactos del cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas están impulsando todas estas alteraciones del clima que ahora se encuentran en sus niveles más altos de la historia. Las personas más vulnerables están siendo los más afectados.
Las soluciones escalables y asequibles ya están disponibles para que los países puedan adaptarse a las economías más limpias. El ritmo del cambio no se desacelerará mientras las industrias y la gente no recurran a las energías renovables y se reduzcan las emisiones de CO2.
El cambio climático es un problema mundial que requiere soluciones internacionales para así avanzar hacia una economía sostenible.
Para hacer frente al cambio climático, los países adoptaron el Acuerdo de París en la COP21 en París el 12 de diciembre de 2015. El Acuerdo entró en vigor poco después, el 4 de noviembre de 2016. En él, todos los países se comprometieron a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 grados centígrados.
La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial. Actualmente el reparto de agua en el mundo no es el adecuado y las estadísticas predicen que para 2050 se espera que al menos un 25% de la población viva en un país afectado por la escasez de agua dulce.
El acceso a agua, saneamiento e higiene es un derecho humano, sin embargo, millones de personas tienen dificultades para acceder a ella. Alrededor de 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua contaminada. Más del 80% de las aguas residuales resultantes de la actividad humana se vierte en los ríos o en el mar sin ningún tratamiento.
Más de 2 millones de personas mueren cada año por enfermedades diarreicas en todo el mundo. La falta de higiene y el agua en malas condiciones son responsables de casi el 90% de estas muertes.
Para paliar esta situación, los gobiernos deben tomar medidas invirtiendo en investigación.
El principal objetivo de un consumo y producción sostenible es hacer más y mejores cosas con menos recursos. Para ello es necesario la cooperación entre todos los agentes implicados, desde el productor hasta el consumidor final.
Por ello, hay que concienciar a los consumidores para que adopten estilos de vida sostenibles, ofreciéndoles información adecuada a través de las etiquetas y las normas de uso.
En los próximos 20 años se estima que un mayor número de personas pasarán a formar parte de la clase media en todo el mundo. Esto aumentará la demanda de los recursos naturales que son limitados.
Productores y consumidores tienen que tomar medidas como reducir los deshechos o reducir el consumo de plástico que es uno de los principales contaminantes del océano, así como actuar de forma reflexiva a la hora de comprar y optar por opciones sostenibles.
El 30% de la superficie terrestre está cubierta por bosques que protegen la diversidad biológica. Cada año 13 millones de hectáreas de bosque desaparecen y la degradación en zonas áridas ha provocado la desertificación de 3.600 millones de hectáreas.
Actualmente está protegida el 15% de la tierra, pero esto no abarca todas las zonas necesarias para la diversidad biológica. Hay que aumentar esa protección para preservar los recursos naturales. La degradación de la tierra afecta al 75% de los pobres en el mundo, alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para sobrevivir.
Los bosques albergan a más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. El 8% de las 8.300 razas conocidas de animales se han extinguido, y un 22% están en peligro.
La deforestación y la desertificación provocadas por las actividades del ser humano y por el cambio climático suponen un gran reto para el desarrollo sostenible.
Mas de 700 millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema y no tienen cubiertas sus necesidades básicas como la salud, educación o acceso al agua. Las causas de la pobreza están relacionadas con el desempleo, la exclusión social y la alta vulnerabilidad a desastres naturales o enfermedades.
La tasa de pobreza mundial se ha reducido a la mitad desde el año 2000 pero es necesario continuar con los esfuerzos que permitan ayudar a las personas que viven en pobreza extrema, particularmente en África Subsahariana. Los países con riesgo de desastres naturales son los que suelen estar más empobrecidos y los que más recursos necesitan.
La ONU ha fijado como objetivo terminar con la pobreza en 2030. El economista Jeffrey Sachs calculó que el coste por año rondaría los 175.000 millones de dólares lo que supone menos del 1% de los ingresos de los países más ricos del mundo. Por otra parte, la pobreza energética es una vertiente más de pobreza. La energía sostenible es una oportunidad que transforma vidas, economías y el planeta entero. Algunos datos indican que no hay desarrollo sin energía y es que:
La pobreza energética es la propensión de un hogar de experimentar una situación en la que dicho hogar no recibe la cantidad adecuada de servicios de energía (Bouza Rouski y Petrova, 2015). Según un informe de la ONU, 1.200 millones de personas en el mundo (17% de la población) no tiene acceso a la electricidad y 2.700 millones (un 38% de la población) no tiene acceso a condiciones adecuadas de cocina.
De ellos aproximadamente el 95% se ubican en África subsahariana y en Asia (hoy en desarrollo) y el 84% se concentra en áreas rurales.
No hay una definición de cliente vulnerable ni de pobreza energética a nivel de la UE, sino que cada Estado miembro debe definirlo y adoptar sus medidas, preferentemente basadas en el sistema general de protección social. En Europa, las cifras de pobreza energética son mucho más reducidas. Según datos de Eurostat, el porcentaje de europeos que no puede mantener en invierno una temperatura adecuada de confort en su hogar se ha reducido un 1,5% entre 2007 y 2015; y actualmente se sitúa en el 9,4%.
Es el país referente en el estudio de la pobreza energética. Tiene una experiencia acumulada de más de 30 años en la lucha contra la pobreza energética y es pionero en el establecimiento de políticas integrales como:
Warm front scheme. Proporciona subvenciones públicas para la mejora de calefacción y aislamiento a hogares vulnerables. De media se destinan unos 1.500€ por hogar.
Green deal. Principal medida de eficiencia energética en el sector residencial. Incluye mínimos para las viviendas en alquiler y facilita un instrumento financiero para que los propietarios financien las mejoras en las viviendas. Mediante AFFORDABLE WARMTH, también incluido en el programa, obliga a las comercializadoras a una reducción de la factura energética a los hogares vulnerables, facilitando medidas de aislamiento y calefacción.
Warm home discount. Tiene la voluntad de reducir la carga de la factura energética a través del apoyo directo a su pago en familias vulnerables. Exige a las comercializadoras aplicar descuentos a pensionistas y al colectivo vulnerable.
Winter fuel payment. Consiste en pago directo a todos los hogares que cuentan con un miembro de 60 años o más. No supone obligación de emplear la ayuda en el pago de servicios energéticos, no obstante, según estimaciones el 40% se dedican realmente a ello.
Cold weather payment. Pago realizado por el sector público a beneficiarios escogidos, que normalmente reciben algún otro tipo de ayuda social, cuando se prevé que la temperatura va a bajar de los 0º durante un período de siete días o más.
El sujeto de la pobreza energética es el ciudadano, no el hogar. Francia cuenta desde 1990 con un sistema de fondos solidarios para hogares de bajos ingresos que se destinan al pago de facturas energéticas de familias vulnerables.
Micro-préstamos. Destinados a hogares de pocos ingresos para incentivar la rehabilitación de sus viviendas. Las cantidades asignadas oscilan entre los 3.000 y los 10.000€.
Habiter mieux. Consiste en un programa integral contra la pobreza energética, principalmente centrada en la mejora de la eficiencia energética, pero no solo mediante la rehabilitación de las viviendas, sino también a través de la formación a las familias en mejores hábitos energéticos.
Tarifas eléctricas para necesidades básicas. Está orientada a hogares con ingresos reducidos que se benefician de unos descuentos en las facturas de electricidad que oscilan entre el 40% y el 60%.
Tarifas sociales solidarias de gas básicas. Está orientada a hogares vulnerables que se benefician de descuentos en las facturas de gas que oscilan entre el 40% y el 60%.
Fondos solidarios para hogares. Son coparticipados por diferentes actores, públicos y privados, y se destinan a ayudar al pago de facturas energéticas a aquellas familias que no pueden afrontarlos.
Pueden acogerse a la tarifa social, los clientes económicamente vulnerables que se encuentren en dificultades económicas y que son beneficiarios de algunas de las siguientes prestaciones de la seguridad social:
También son clientes vulnerables a aquellas personas que aunque no perciban ninguna prestación social tenga un ingreso anual inferior o igual a 5.808 €/año, y se va incrementando un 50% por cada miembro del hogar sin ingresos hasta un máximo de 10 personas.
No hay una política federal de lucha contra la pobreza energética, sino que está englobada en una política social de carácter más amplio. El esquema de primas de apoyo de las renovables impulsado por el gobierno mediante la transición energética.
Energiewende. Ha hecho incrementar el coste de la energía de forma exponencial, con el consecuente reflejo en las cifras de pobreza energética.
Sozialgesetzbuch II. Consiste en la renta complementaria que reciben aquellos hogares que no alcanzan a un determinado umbral de ingresos.
La principal política para luchar contra la pobreza energética es el equivalente al bono social español. El objetivo es ofrecer apoyo a colectivos vulnerables y con personas dependientes. Los beneficiarios del programa se eligen a partir de los ingresos del hogar, sus activos financieros y de la composición de la familia.
Bono eléctrico. El beneficio consiste en un descuento que oscila entre los 71 y los 153€ pero existe una limitación de potencia contratada.
Bono social gas. La bonificación alcanza entre los 71y los 264€. Se traslada el coste de esta ayuda a todos los consumidores.
En España, cada vez es mayor la preocupación por la protección de los hogares en situación vulnerable. En el caso de la pobreza ligada a la energía, en los últimos meses se ha desarrollado un debate a nivel estatal con importantes impactos en la sociedad, las administraciones y las empresas suministradores. Según el III Estudio de pobreza energética de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), 5,1 millones de personas en España, el 11% de los hogares, son incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno.
Ante esta problemática y su impacto sobre los sectores más desfavorecidos de la sociedad, Gas Natural Fenosa ha puesto en marcha un paquete de medidas destinadas a mejorar la gestión de los clientes vulnerables, así como reforzar la colaboración con las entidades del Tercer Sector y la comunicación con los Servicios Sociales.
El plan de acción gubernamental comprende un paquete de más de 20 medidas que tienen como objetivo reforzar y sistematizar la gestión de los clientes vulnerables y ayudar a los servicios sociales y entidades del Tercer Sector en su labor con las personas más vulnerables. En total, supondrá una inversión anual de 4,5 millones de euros. Consulta las soluciones que proponen los expertos para erradicar la pobreza energética.
La doble vertiente operativa y social de las iniciativas permite a la compañía un seguimiento y desarrollo integral para paliar la vulnerabilidad energética. Los objetivos del programa buscan, entre otros, la sistematización de procesos que permitan mejorar el intercambio de información con las administraciones locales, así como el lanzamiento, a lo largo del 2017 de planes de apoyo a las organizaciones del Tercer Sector que trabajan día a día esta problemática.
Por un lado, las iniciativas operativas tienen como finalidad la mejora en la gestión de los clientes vulnerables y la gestión con los Ayuntamientos. Por el otro, las iniciativas sociales, desarrolladas a través de la Fundación Gas Natural Fenosa, tienen como propósito la colaboración con el Tercer Sector.
Los clientes de Gas Natural Fenosa que se encuentren en situación de vulnerabilidad y no puedan afrontar el pago de las facturas del suministro eléctrico o de gas natural pueden informar a la compañía de su situación a través de varios canales:
Una vez Gas Natural Fenosa conoce la situación de vulnerabilidad del cliente, pone a su disposición todas las herramientas posibles para ayudarles.
El Bono Social es una tarifa de electricidad destinada a personas con dificultades para pagar la factura de la luz, una ayuda gubernamental para las personas en riesgo de vulnerabilidad. Resulta de la diferencia entre el valor del PVPC y un valor de referencia que es la Tarifa de último Recurso (tarifa reducida).
Los clientes vulnerables obtendrán un descuento en la factura del 25%, para ello tendrán que tener la tarifa PVPC y cumplir una serie de requisitos. El barómetro está basado en el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), es decir, el índice de referencia en España para la asignación de ayudas y subsidios. Está establecido en 14 pagas anuales que sumen 7.519,59 euros.
Aquellos que no formen parte de una unidad familiar o no tengan menores a su cargo, y si la renta es igual o inferior a 1,5 veces el IPREM tendrán derecho al Bono Social; 2 veces el IPREM si hay un menor en la familia; y 2,5 el IPREM si hay dos menores.
Los pensionistas que perciban la pensión mínima por jubilación o invalidez permanente también tendrán el 25% de descuento y todas las familias numerosas sin excepción.
Además, para familias con algún miembro con discapacidad mayor o igual al 33%, víctimas de violencia de género o de terrorismo se aumentará el umbral un 0,5 veces el IPREM.
Se consideran clientes vulnerables severos aquellos que tengan una renta inferior al 50% de los límites expuestos para los vulnerables. También están incluidos en este grupo los pensionistas en los que todos los miembros de la familia perciban la pensión mínima, ya sea por jubilación o invalidez, con una renta inferior al IPREM y las familias numerosas con una renta inferior a 2 veces el IPREM.
En estos casos, tendrán un descuento del 40% en la factura.
Los clientes vulnerables severo con riesgo de exclusión social son aquellos que están siendo atendidos por los Servicios Sociales que asumen el 50% de la facturación del cliente. En estos casos, no se podrá cortar el suministro por impago.
Rellenar el formulario
Fotocopia del DNI, fotocopia del libro de familia, certificado de empadronamiento
Para familias numerosas, fotocopia del título
Para pensionistas o por incapacidad, certificado de la seguridad social que acredite que cobran la pensión mínima
Certificado de Servicios Sociales (en caso de estar atendido por ellos)