Un tratado sobre tauromaquia, la Constitución de la II República, un estudio sobre cuidado de huertos, un documento sobre los principios para ser un buen masón y, por supuesto, libros originales de siglos pasados que, en sí mismos, constituyen una joya. El visitante de la feria del libro antiguo, que comenzó ayer en los jardines de Méndez Núñez, puede encontrar prácticamente de todo en los diferentes expositores que la conforman, algo que, tal y como explican los propios libreros, es uno de los principales atractivos de este mercado.

"Lo que yo recomiendo es que la gente se acerque a la feria para ver libros e ilustraciones que comúnmente no se ven" explica Constantino Gómez, de la librería asturiana Vetusta, que ya había participado en la feria coruñesa en cuatro ediciones anteriores.

Aunque el coleccionismo de libros antiguos suele considerarse una afición cara, lo cierto es que en las casetas de Méndez Núñez pueden encontrarse libros para todos los bolsillos, desde pequeñas novelas a un euro, hasta obras únicas cuyo precio supera los 3.000 euros. Los libreros precisan que, en todo caso y al margen del precio, los libros tienen un valor diferente para cada persona. "El precio no creo que sea lo más importante. Lo que tiene importancia es encontrar a la persona que lo busca. Lo que es curioso para unas, puede no serlo para otras", comenta Antonio Lorenzo, de la librería valenciana El Asilo del Libro, que, además de libros de distintas épocas y de diferentes precios y temáticas, ofrece postales y tebeos.

En plena época de crisis, son muchos los libreros que, si bien reconocen sus repercusiones, advierten de que su principal problema no es índole económica, sino social. Desde sus expositores, los responsables de las librerías lamentan que sus clientes envejecen y que no hay jóvenes que los reemplacen. "El problema que tenemos, aunque la crisis está ahí, es más de relevo generacional que económico. El bibliófilo se está haciendo mayor y no encontramos gente joven que se aventure en este mundo. Este es mayor mal que tenemos", analiza José María Alonso, de la librería vallisoletana Maxtor.

Los bibliófilos que se pasaron ayer por la feria y que tuvieron ocasión de curiosear en los diferentes expositores se mostraron satisfechos con la gran variedad de libros que están a disposición del visitante y destacaron que hay obras que, aunque solo aptas para coleccionistas con una buena cuenta corriente, es interesante contemplar. "He encontrado muchas cosas, pero no todas están al alcance de todos los bolsillos. De todas formas, siempre puedo verlas y tener la ilusión de adquirirlas", declara Luis, uno de los que visitaron ayer la feria.