La Escuela Municipal de Música no es una orquesta estanca y tampoco quiere serlo. Cada uno de los músicos se subió ayer al escenario de María Pita con su estilo por bandera. Uno con una gorra en la cabeza, otros vestidos de domingo, algunas chicas con las uñas pintadas de colores, otras con solo un brillito... Forman un conjunto heterogéneo, como la música que tocan y el estilo que le otorgan a cada canción.

El director de la banda, José Acuña, a diferencia de otros colegas, no se pone justo enfrente de los músicos, para que todos puedan verlo, con la batuta entre las manos. No, en la Escuela Municipal de Música las cosas se hacen de otra manera. A un lado, sin más accesorios que las manos, para dar palmas o chasquear los dedos... Así dirige Acuña a los jóvenes y a los más experimentados de su banda.

Cada año, la escuela dedica el concierto que ofrece en las fiestas a un grupo de personas. Este año, había una estándar de jazz, In a sentimental mood, de Duke Ellington, que sonó en recuerdo a los tres agentes fallecidos en la tragedia del Orzán, cuando intentaban, sin éxito, salvar la vida a un joven estudiante que había sido arrollado por una ola.

"Este concierto se lo dedicamos también a Frank Sinatra a Horace Silver €del que interpretaron Song for my father€, a Víctor Pablo Pérez [el director de la Sinfónica] y también a Paquito D´Rivera [músico cubano que está en la ciudad para grabar un disco]", explicó el director de la formación.

El concierto comenzó puntual, a las diez, sin que todas las sillas de la plaza de María Pita estuviesen ocupadas, apenas un par de cientos estaban cubiertas pese a las gotas de lluvia. El público se fue animando con el paso de temas como Chameleon, en el que casi todos los músicos tuvieron su protagonismo, y Have you met Miss Jones?, la primera cantada del repertorio.