Un activista de Greenpeace intentó lanzar un gran balón amarillo sobre el estadio Allianz Arena de Múnich desde un paracaídas, pero perdió el control y cayó en el campo de juego poco antes de comenzar el partido Francia-Alemania de la Eurocopa.

En la caída, según la televisión alemana, causó heridas leves a un responsable de la iluminación que tuvo que ser atendido por el personal sanitario.

El hombre fue detenido por la policía.

Greenpeace quería protestar con esa acción contra el consorcio automovilístico VW, uno de los patrocinadores de la Eurocopa.

En mensajes de Twitter, Greenpeace instó a VW a dejar de vender coches con motores de combustión que perjudican el clima y el medio ambiente.

Tras el partido, la UEFA emitió una declaración en la que señala que fue un "acto desconsiderado que podría haber tenido consecuencias muy graves para un gran número de asistentes, y que causó lesiones a varios asistentes al partido que ahora están en el hospital y las autoridades judiciales tomarán las medidas necesarias".

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"La UEFA y sus socios están plenamente comprometidos con un torneo sostenible de la EURO 2020 y se han puesto en marcha numerosas iniciativas para compensar las emisiones de carbono", añade.

"Afortunadamente, el desarrollo del partido no se vio afectado por una acción tan imprudente y peligrosa, pero, no obstante, varias personas resultaron heridas", recalca la UEFA.