Que en apenas un minuto ya se hubieran pisado ambas áreas era un presagio del partido que estaba por llegar, quizá el mejor de esta Eurocopa hasta ahora. Ni Italia ni Bélgica pensaron en lo que podían perder sino solo en lo que tenían por ganar —el pase a semifinales para medirse a España—, asumiendo riesgos que la defensa italiana gestionó mejor que la veterana zaga belga.

La feroz Italia somete a Bélgica y se cita con España

Bonucci marcó un gol con la barriga tras una falta lateral, pero el VAR vio un doble fuera de juego en la jugada. Bélgica respondió con un trallazo de De Bruyne al que Donnarumma respondió con una mano férrea, antes de otra gran estirada a un disparo ajustado de Lukaku.

El seleccionador italiano Mancini apostaba por el asedio mientras que el español Roberto Martínez, al frente de Bélgica, apostaba por sus letales transiciones, pero esa batalla conceptual la resolvió un error humano: una imprudente salida de balón de Vertonghen en el área que castigó Verratti con el robo y asistencia a Barella, que sacó los colores a Vermaelen antes de batir a Courtois (m. 31). Bélgica quedó noqueada y la azzurra trató de rematar la faena. Lo logró con un tiro colocado a la escuadra de Insigne tras un precioso regate en la frontal (m. 44), pero inmediatamente Di Lorenzo empujó a Doku en el área y le regaló el 1-2 de penalti a Lukaku (m. 45).

Cualquier otra Italia habría sacado el manual del catenaccio, pero no esta nueva Italia, furiosa tras quedarse sin Mundial. Su búsqueda del tercero (y del cuarto, y del quinto) confirmó que es el mejor equipo del torneo, está por ver si el ganador. La propia Bélgica estuvo a punto de sacar tajada de su valentía al contragolpe, pero ni Lukaku (que disparó al culo de Spinazzola, quien acabó lesionado) ni Hazard (que remató forzado de espuela) pudieron frenar a una Italia temible.