El 10 de septiembre de 2018 cambió todo. Italia cayó ante Portugal en la Liga de las Naciones (1-0) y Roberto Mancini, el técnico elegido para olvidar la humillación que supuso quedar fuera del Mundial de Rusia, tomó una decisión clave. Adiós al 4-4-2, bienvenidos al 4-3-3. Desde entonces, la azzurra suma 32 partidos sin caer y 13 victorias consecutivas. Hoy cruzarán sus caminos en Londres la nueva España y la nueva Italia, ese bloque atractivo y sólido inspirado en la antigua Roja de Iniesta, Xavi y Busquets, el último superviviente del ciclo dorado.

El central Bonucci. | // AFP / REUTERS

E 1. Gianluigi Donnarumma. Después de 176 partidos y más de dos décadas bajo los palos de Italia, ya tocaba ver un arquero diferente en la azzurra. Buffon cedió el testigo a otro Gianluigi, el gigantón Donnarumma, que llegó al torneo sin equipo una vez liberado del Milan. A sus 22 años, el portero ha exhibido su fiabilidad y apunta al PSG. Se especuló con su fichaje por el Barça, pero Mino Raiola siempre mira hacia la cartera más llena. Se habla de un contrato de cinco años y 12 millones por temporada. Los éxitos de Italia han llegado siempre acompañados de grandes metas, como ocurrió con Dino Zoff o el propio Buffon. En cuartos se lució ante De Bruyne y hoy confía en cerrar con llave. Donnarumma destacó desde niño. Su tío Enrico, también exportero, empezó a curtirlo en los campos de tierra napolitanos. Los grandes del país se pelearon por él y acabó en el Milan. Allí debutó con 16 años. El Madrid lo tuvo en su agenda antes de fichar a Courtois, pero siguió en Italia. Tras una primera renovación tortuosa con el Milan ya no hubo una segunda. En mayo quedó libre y ahora brilla con la azzurra. “Somos un grupo extraordinario, un equipo que nunca se rinde. Queremos dar una alegría a toda Italia”, proclama el guardián.

El pivote Jorginho. | // AFP / REUTERS

E 2. Leonardo Bonucci. En 2012 intentaron atracarle a punta de pistola. Reaccionó propinando un puñetazo en la cara al ladrón y persiguiéndolo por las calles de Turín. Sobre el césped muestra el mismo carácter. Leonardo Bonucci (Viterbo, 34 años) es el mejor defensa de la azzurra. A su lado estará hoy Giorgio Chiellini, compañero de mil batallas en la Juventus y en la selección. Entre ambos titanes suman 100 años y 217 partidos con la absoluta. Mientras Chiellini, licenciado en Economía, disfruta llevando la batalla al barro, Bonucci es más aseado y eficiente en la salida de balón. Ambos son los únicos supervivientes de la humillante final de 2012, cuando España arrolló a Italia por 4-0 en Kiev. De aquella mítica BBC se despidió Barzagli, otro exjugador de la Juventus. A Morata le espera una dura contienda con sus compañeros. Ayer tocaron las caricias. “Es un gran padre, un gran delantero y un gran amigo. Un delantero total porque aporta muchas cosas”, reflexionó Bonucci, que recordó los últimos choques con la Roja: “La final de 2012 nos dejó un sabor negativo. Fue un resultado justo. En 2016 cambió todo. Ahora nos espera un partido abierto. Llegamos con mucha pasión y humildad”.

El extremo Insigne. | // AFP / REUTERS

E 3. Jorginho. Cinco semanas después de proclamarse campeón de Europa con el Chelsea, Jorginho mira hacia otro título continental. El mediocentro (Imbituba, Brasil, 29 años) es la brújula, el hombre orquesta, el Busquets de Italia. Junto a Verratti y Barella como interiores conforman un trío de centrocampistas genial que se entiende de maravilla. Nacido en el estado de Santa Caterina, Jorginho se fue a vivir con su familia a Italia en 2007. Empezó en los juveniles del Hellas Verona y en 2014 fichó por el Nápoles. Por entonces surgió el debate sobre su nacionalidad. Ahora podría estar en la Copa América, pero eligió a Italia. “Siempre vi como algo lejano la canarinha, ya que nunca jugué en Brasil como profesional. Italia me abrió sus puertas y no pude cerrarlas”, confiesa. Fue campeón de la Europa League en 2019 y de la Champions este año, formando parte del once ideal del torneo en ambas ocasiones. Especialista en lanzar penaltis, se le ha relacionado incluso con el Balón de Oro. “No pienso en eso. Todo lo que pasa es el resultado de tu trabajo. Ganar junto a mis compañeros y amigos es mejor que ganar individualmente”.

E 4. Lorenzo Insigne. Siguiendo la columna vertebral creada con Donnarumma, Bonucci y Jorginho, lo lógico sería concluirla con el ariete. Pero más allá de Immobile, el mayor peligro de Italia en el ataque pasa por las botas de Lorenzo Insigne, un extremo de 30 años capaz de cualquier cosa con el balón en los pies. Con su 1,63 de altura, Insigne aparece siempre en las listas de futbolistas más bajitos. También podría integrar cualquier recopilación de los jugadores más peligrosos y desequilibrantes. Su golazo ante Bélgica, con ese disparo con rosca que tanto le gusta, supuso el subidón definitivo. Aquel chaval que no quería ir a la escuela y se levantaba a las seis de la mañana para trabajar en el mercadillo brilla ahora con la selección. Llevar el 10 de la azzura siempre pesa. Ese dorsal lo lucieron Baggio, Del Piero o Totti. El listón está muy alto, pero Insigne ha prolongado en la Euro su gran temporada con el Nápoles (19 goles, 11 asistencias). “Es el mejor momento de mi carrera, nunca me divertí tanto”, afirma el extremo, que lleva tatuada una enorme cara de Maradona en el muslo.