Decidirte a pedir un aumento de sueldo no es una cuestión baladí. Reclamar un incremento salarial no es algo que pueda hacerse periódicamente, por lo que es recomendable tomarse un tiempo para reflexionar y analizar todas las circunstancias que rodean a nuestra situación laboral y la de nuestra empresa antes de tomar el paso de llamar a la puerta de nuestro jefe o jefa para pedir un aumento de sueldo.

Para ayudarte a decidir cuándo y cómo puedes reclamar un incremento salarial, te ofrecemos en estas líneas una serie de consejos que te pueden ayudar a tener éxito en tu petición.

En primer lugar, debes tener en cuenta que muchas compañías estipulan sus salarios en función de variables como los resultados empresariales obtenidos. Además, las revisiones salariales acostumbran a producirse cuando se dan hechos importantes relacionados con el negocio o bien cuando se produce un cambio importante en las responsabilidades de un trabajador.

Por todo ello, antes de lanzarte a pedir un aumento de sueldo piensa primero si tu situación laboral ha cambiado y analiza la situación económica de la empresa para saber si sus responsables están en condiciones de aceptar un incremento salarial o bien si la compañía atraviesa dificultades económicas que hacen poco recomendable reclamar ahora una subida de tus emolumentos.

Por otra parte, también debes analizar cuáles son tus circunstancias laborales. ¿Qué rol juegas dentro de la empresa?, ¿cuáles son tus responsabilidades?, ¿están contentos tus jefes con tu rendimiento laboral?... son algunas de las preguntas que debes plantearte antes de pedir un aumento de sueldo. No te olvides tampoco de investigar -si es posible- cuánto cobran personas con puestos de trabajo parecidos al tuyo, tanto de tu misma empresa como de la competencia.

Elegir el momento adecuado

Otro aspecto importante antes de hablar con el responsable de tu empresa para pedir un aumento salarial es elegir el mejor momento para hacerlo. Quedar previamente con él y enfocar el encuentro como una reunión importante es recomendable para evitar distracciones y conseguir que ambas partes podáis hablar tranquilamente.

Por el contrario, evita exponer tu reclamación en los momentos de descanso y en los encuentros en el pasillo. También debes evitar los días 'complicados', como aquellos en los que tu superior se encuentra inmerso en multitud de reuniones de trabajo y parece no tener tiempo para nada.

Por otra parte, si dispones de información que apunta que próximamente se llevarán a cabo revisiones salariales en tu empresa o bien la compañía está inmersa en un proyecto importante, entonces es recomendable que esperes.

Hacerte un guion con tus argumentos

Repasa bien todos los argumentos que vas a plantear en tu solicitud. Analiza los motivos de tu petición y repasa tu argumentario frente al espejo. De esta forma, conseguirás que tu exposición frente al jefe sea más clara y tendrás más números para convencerle de que el incremento salarial que reclamas es merecido.

También puedes optar por exponer tus argumentos por escrito. Sin extenderte demasiado, debes exponer cuál es tu solicitud y los motivos que te animan a presentarla, poniendo en valor el trabajo que realizas y tus aptitudes.

Recuerda que te estás dirigiendo a tu jefe, de manera que, aunque tengas mucha confianza con él no expongas tus argumentos de forma informal y con demasiada 'cercanía'. Intenta ser convincente en tu exposición y céntrate en los argumentos positivos de tu trabajo y no en aspectos negativos. Especialmente importante es destacar todo lo que crees que aportas a la empresa.

Errores frecuentes

Uno de los errores más habituales a la hora de plantear un aumento salarial desorbitado. En este sentido, sé realista en tus pretensiones y plantea un incremento razonable. De lo contrario, corremos el riesgo de que los responsables de la empresa ni siquiera valoren nuestra petición.

Otro error habitual se refiere al lenguaje corporal. Así, cuando se solicita un aumento de sueldo no es recomendable gesticular en exceso ni tampoco mirar al suelo o evitar la mirada de nuestro interlocutor. La actitud también es importante. En este sentido, evita mostrarte enfadado y descontento con tu situación laboral.

Tampoco es recomendable plantear una reivindicación en forma de ultimátum: "O me subís el sueldo o dejo el trabajo". Como tampoco lo es utilizar motivos personales: "Me acabo de comprar un piso y necesito más dinero". Otro error frecuente es amenazar con otra oferta de trabajo, ya que corremos el riesgo de que nos salga el tiro por la culata.