galicia

Aduanas decomisa un alijo de 4 toneladas de coca valorado en 120 millones de euros. La policía enseña sus trofeos

La droga fue incautada en una playa de Muxía mientras los narcos que debían recogerla huían

Los agentes y los responsables de Aduanas expusieron los fardos en el puerto de A Coruña

Los agentes custodian y analizan los fardos de cocaína en el puerto de A Coruña. / carlos pardellas

Los agentes custodian y analizan los fardos de cocaína en el puerto de A Coruña. / carlos pardellas

Ujué Foces | Vigo Pablo López | A Coruña

Sorprendidos in fraganti. Los narcos que la madrugada del domingo vararon e incendiaron una potente planeadora en el puerto de la localidad coruñesa de Aguiño (Ribeira) acababan de descargar casi cuatro toneladas de cocaína en una cala de difícil acceso en Muxía. Uno de los mayores alijos intervenidos en los últimos dos años, y de los pocos incautados ya en tierra.

Descubiertos en plena faena por los agentes de la unidad contra el crimen organizado de la Policía Nacional (Greco), que les seguían la pista con el apoyo de las dotaciones marítimas y aéreas del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), los alijadores optaron por abandonar la droga en la playa y huir. Unos lo hicieron monte a través, y los tres tripulantes de la lancha se dirigieron por mar hacia Aguiño donde, tras varar en unas rocas, quemaron la embarcación para borrar huellas.

La planeadora, de unos 10 metros de eslora y dotada de seis potentes motores, había recogido los 4.000 kilos de cocaína -procedentes de Colombia- de un barco nodriza en aguas internacionales del Atlántico. El único detenido, en principio, es Andrés García Gesto, uno de los hermanos que dan nombre al clan de los Lulús de Muxía, considerado el grupo de descarga más activo de A Costa da Morte. Se trata de un viejo conocido de las fuerzas de seguridad que lo han detenido en relación a otros alijos importantes anteriores de droga, a quien los agentes de la Guardia Civil que colaboraban en un control encontraron "paseando" por la zona de la descarga.

Si bien el clan de los Lulús sería el encargado de recoger la cocaína en el arenal y esconderla, se sospecha que los responsables del alijo y de su transporte marítimo son un conocido grupo arousano y en los próximos días podría haber nuevas detenciones a tenor de lo avanzado de la investigación judicial previa. De hecho, el seguimiento del Greco Galicia sobre esta red comenzó hace meses bajo la dirección de un juzgado de Cambados, donde se han centralizado las diligencias. Sobre las 11 de la noche del sábado los responsables del Greco solicitaron el apoyo de Vigilancia Aduanera, ya que iba a tener lugar la descarga. A las 5 de la madrugada un helicóptero del SVA avistó la planeadora y comenzó la persecución.

La Agencia Tributaria fija en 120 millones de euros el valor que las cuatro toneladas de cocaína intervenidas en la denominada operación Tabaiba habría alcanzado en el mercado ilegal.

"Ya habían descargado y fue una suerte llegar justo en el momento en el que terminaba la fase marítima y empezaba la de tierra", destacó el jefe regional de Aduanas, Jaime Gaya. El responsable regional de Aduanas añadió que la embarcación, que los narcotraficantes quemaron durante la fuga, fue detectada por el helicóptero de Vigilancia Aduanera, cuyos tripulantes se encargaron además de custodiar los fardos hasta que la embarcación Albatros cargó la mercancía. Una segunda embarcación, la Sacre, se encargó de trasladar la droga al puerto de A Coruña, a donde llegó alrededor del mediodía de ayer. Gaya afirmó que, antes de la intervención de los 122 fardos en la playa, los funcionarios de la Agencia Tributaria y de la Policía Nacional participaron en varias persecuciones, aunque en ninguna de ellas consiguieron alcanzar a los responsables de la descarga de la cocaína. Lo que hace sospechar que la cantidad de droga descargada en la costa podría ser mucho mayor si otras lanchas contribuyeron a transportarla hasta tierra.

La Policía Nacional y los máximos responsables de Aduanas expusieron ayer en el puerto de A Coruña los fardos incautados durante la operación Tabaiba. Una veintena de agentes, con gestos que denotaban orgullo, custodiaron la droga mientras otros abrían algunos paquetes para constatar con sus propios ojos que la sustancia decomisada era cocaína. Los responsables de Aduanas, que contemplaron atentamente la operación de descarga en el puerto, explicaron que la satisfacción de los agentes estaba motivada por la cantidad de droga confiscada. "El operativo ha sido un éxito, por la cantidad de droga aprehendida y por el hecho de que se incautase en la playa", dijo Jaime Gaya. Los policías evitaron expresar su opinión sobre la operación y prefirieron guardar silencio para que sus palabras no ofrecieran pistas a los narcotraficantes que consiguieron fugarse. Los agentes, a pesar de su silencio, no tuvieron inconveniente en fotografiarse junto a los fardos con una sonrisa en la boca. La descarga de los fardos y su posterior exposición sirvió para que Aduanas y la Policía Nacional mostraran parte de sus armas para combatir el narcotráfico. Además de la embarcación Sacre, que permaneció en la dársena una vez completada la descarga, un helicóptero sobrevoló la zona portuaria para vigilar la operación. La planificación no sirvió, sin embargo, para evitar que ocurrieran anécdotas, como la que protagonizó un agente que no dudó en meter sus manos en uno de los fardos que contenían la droga pese a no llevar guantes.

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