Cuatro años de cárcel para el joven que causó 5 muertos en la vía de O Salnés

El Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra condenó a Hugo Piñeiro Giménez, un joven pontevedrés de 21 años, a una pena de cuatro años de cárcel como autor de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave a consecuencia del accidente de tráfico que se produjo el 14 de abril de 2006 y en el que resultaron muertos cuatro motoristas, además de su madre. El fallo le priva del derecho de conducir vehículos a motor durante 6 años. En el siniestro perdieron la vida Celso Javier Contreras Castro, Remedios Estelles Sanchordi, Raquel Bosquet Herreos y María del Caren Seoane Pumares; así como la madre del procesado, Mónica Giménez Rosales, quien viajaba en el asiento del acompañante del Hyundai Coupé que pilotaba su hijo.

El tribunal le impone la pena más alta tipificada para este tipo de delito y asume las peticiones que habían realizado tanto el fiscal como las acusaciones particulares, quienes renunciaron a la responsabilidad civil al haber sido ya indemnizados por la compañía aseguradora del vehículo.

El fallo establece que aquel Viernes Santo del año 2006 Hugo Piñeiro conducía el vehículo adquirido por su madre tan sólo semanas antes a pesar de no haber obtenido nunca el permiso de conducir. Añade que lo hacía a una velocidad de entre 85 y 100 kilómetros por hora, sin rebasar la establecida para la vía pero sí la del límite que se permite a un conductor novel. En el punto kilométrico 1,5 "al circular totalmente desatento a la conducción se fue desplazando a la derecha hasta que oyó las bandas sonoras, dando un volantazo a la izquierda invadiendo el carril contrario delimitado por línea continua". Explica la sentencia que esto provocó la colisión contra las dos motocicletas que circulaban en sentido contrario.

El fallo establece que, aunque el acusado había aprobado el examen teórico del permiso de conducir y recibido 14 clases prácticas, "no estaba capacitado para la conducción del vehículo".

El tribunal tiene en cuenta a los peritos de la Guardia Civil quienes aseguran que el accidente "está motivado por una distracción", así como la declaración de dos testigos que circulaban detrás de él en una furgoneta quienes afirman que el joven giraba la cabeza al lado derecho como si hablase con su acompañante. El fallo también destaca como un elemento para señalar a una conducción "desatenta" el hecho de que el acusado reconociese que no se percató de la presencia de esta furgoneta detrás de él.

Causas

El análisis realizado por los peritos de la Guardia Civil establece que fue "un giro brusco a la izquierda" del coche que conducía Hugo Piñeiro lo que provocó el accidente. El cambio de rasante no le impedía ver a las motocicletas y "el punto de colisión está en el carril que llevaban las motos" en una zona con línea continua. Asimismo, el estudio realizado mediante un programa informático concluyó que la velocidad de los tres vehículos no fue determinante en el accidente. En cuanto al coche, dicen que podría circular "sin problemas" por esa vía a 85 o 100 kilómetros por hora.

En cuanto a las motos, se señala que la primera iba a 110 km/h, con un porcentaje arriba o abajo de 10 km/h y que "aún a menos velocidad de la moto el accidente hubiera ocurrido igual" ya que "no había capacidad de reacción".

Hay muchos infractores reincidentes. Un ejemplo es el de un joven juzgado ayer en Vigo tras ser cazado por cuarta vez al volante en la A-55 pese a carecer de carné de conducir. El acusado no negó los hechos que le imputa el fiscal, pero en su defensa afirmó que en esta última ocasión se trataba de una emergencia: alegó que tenía que trasladar a su hermano minusválido a un centro hospitalario.

El imputado, un joven de etnia gitana, se enfrenta a una petición de seis meses de cárcel, la máxima que puede solicitar el fiscal por este delito. Y es que no era precisamente l a primera vez que lo interceptaban conduciendo un turismo pese a no haber obtenido nunca el permiso de conducir: a lo largo del año 2008 ya ha tenido tres sentencias condenatorias por este mismo motivo.

Este caso recuerda al de otro conductor pontevedrés que fue condenado a pagar una multa de 4.800 euros tras ser sorprendido por tercera vez conduciendo sin carné. La Fiscalía solicitaba en principio una pena de prisión, pero un acuerdo entre las partes permitió que el chico eludiese la cárcel. Además de la multa económica, el infractor también fue condenado a 70 días de trabajo en beneficio de la comunidad.