Y Obama invitó a Luis

Por muchas vueltas que le dé, Luis no acaba de encontrar el motivo. "¿Por qué yo?", se pregunta. "Pues ni idea". Y se ríe, eufórico, se nota hasta por teléfono. Al periodista gallego, residente en los Estados Unidos desde 2001 -actualmente el jefe de ventas de la división de radio del prestigioso grupo de comunicación CNN-, le falta tiempo para arreglar los preparativos y tener todo atado para estar el próximo martes en la histórica toma de posesión de Barack Obama. Hace tres días que recibió la inesperada invitación por correo. "Estoy acojonado -confiesa-. Los ojos del mundo se clavarán en él y yo estaré allí".

Antes incluso de que el líder norteamericano iniciara la batalla con Hillary Clinton en las primarias demócratas, Luis se había fijado en él. "Me daba confianza su trayectoria", cuenta. Por eso contactó con su equipo para ofrecerles ayuda y apoyó la candidatura de Obama acompañando a la gente que quería votarle y no podía hacerlo por falta de recursos. Ahí puede estar una de las claves de la invitación. La otra, en su paso por la dirección de la delegación en Atlanta del popular periódico La Voz Hispana. En cualquiera de los dos casos, si fuera alguna la razón de estar en tan selecta lista, Luis lo ve como "un premio", como "un reconocimiento". "Es mejor que el Pulizter, que el Oscar, que un Goya. Todo el mundo quiere estar".

Pero pocos son los elegidos. En un país con 300 millones de habitantes, las invitaciones, muchas destinadas a dirigentes extranjeros, no superarán las 500.000. "Acabo de hablar con la directora de TV Azteca y me ha dicho que no conoce a nadie que tenga una", afirma Bello. Con el billete para Washington en la mano, unos amigos le darán techo "y un sofá" en un piso a sólo medio kilómetro de la Casa Blanca, donde además de los principales responsables políticos de todo el mundo ese día se darán cita rostros tan conocidos como el actor Al Pacino, el cantante Bruce Springsteen o la presentadora Oprah Winfrey.

"Es que es un momento importante. Las promesas de Obama están cargadas de sentido común y van a dar un giro de 360 grados a Estados Unidos". Vuelve a reír. "¡Y a mí me llama el presidente!".

Luis cuenta con todos los detalles la forma y el contenido de la preciada invitación para la ceremonia del próximo martes en la Casa Blanca. "Es un sobre grande, con letras lacradas en oro", cuenta. El futuro presidente y su número dos reclaman su presencia. El periodista gallego confía en pasar una cámara para recoger todas las imágenes posibles del transcendental momento.

Aunque acude como invitado, él sabe que acabará saliendo la vena periodística que lleva dentro. "Me gusta la calle, estar en las noticias y la investigación", asegura. Su trabajo actual, de despacho, lo tiene alejado del día a día de la comunicación pura y dura, preucupado más de las cuentas y el marketing, y lo echa de menos.

Su trayectoria profesional es vertiginosa. Tanto como su vocación, que probablemente nació a los 9 años tras asistir en primera fila a la emisión desde las instalaciones de TVE el por entonces mítico programa Un, dos, tres. Su foto de pequeño con Felipe González dio la vuelta a España en 1981 porque el ex presidente del Gobierno la utilizó como felicitación navideña.

De colaborador en varios medios de comunicación gallegos a la vez que estudiaba Ciencias Políticas en Santiago, a importantes puestos de responsabilidad en los Gabinetes de la Consellería de Sanidade, la Fundación Granell o la capitalidad cultural de Santiago de Compostela. Su salto a los Estados Unidos llegó en 2001, invitado por el Colegio de Honor de la Universidad de Florida. Luego aterrizó en La Voz Hispana, la CNN, Clear Channel y de nuevo la CNN. Aunque viaja a menudo a Galicia, presume de vivir "en el país de Martin Luther King".