El eclipse que vio Galicia

El 17 de abril de 1912 se produjo un singular eclipse total de Sol. Se vio desde el Atlántico y apenas rozó la península Ibérica. Fue cuestión de segundos, pero los gallegos tuvieron el privilegio de verlo, ya que la franja de sombra absoluta se extendió desde Gijón a Oporto. El fotógrafo coruñés de origen galo José Sellier (Lyon, 1850-A Coruña, 1922), considerado el autor de las primeras imágenes en movimiento hechas en España, inmortalizó con su cámara el singular espectáculo astronómico.

El eclipse, uno de los tres que se produjeron a principios del siglo XX en España, fue objeto de numerosos artículos especializados de la época por su rareza. Una de sus peculiaridades fue que la única región de la Tierra donde se vio fue en noroeste de la Península, ya que su franja de totalidad fue muy estrecha, de tan sólo unos pocos kilómetros, y su duración fue casi instantánea. Además, fue uno de los raros eclipses llamados mixtos o anular-total.

Cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol se produce el eclipse total. En España, el próximo no podrá verse hasta el 12 de agosto de 2026 y también será visible en A Coruña.

Los días previos al eclipse de 1912, que era esperado con interés por astrónomos y curiosos, fueron de incertidumbre por las malas condiciones meteorológicas, que podían hacer fracasar las observaciones científicas. La línea del eclipse central pasó por Verin, Viana do Bolo y Valdeorras y allí se instalaron los equipos de observación.

"Sólo nos resta desear mucha fortuna a todos los observadores y óptimos frutos para la Ciencia", escribía José Comas Solá en la Revista de la Sociedad de Astronomía de España y América en vísperas del acontecimiento, que los astrónomos decidieron seguir desde Verín, entre otras razones, porque tenía "fondas aceptables".

Días después, Comas anotó: "Ya ha tenido lugar el ansiado fenómeno astronómico. Para el público, en general, ha sido una decepción. Para los astrónomos ha sido uno de los eclipses más importantes que se han estudiado y cuyos resultados prometen ser, después de discutidos, del mayor interés".

La publicación astronómica recogió testimonios de varios ourensanos que siguieron con atención el eclipse. "El disco solar nunca estuvo cubierto... Hubo un momento, una fracción de segundo, en que era completa la ilusión de totalidad; pero los prismáticos no dejaban lugar a dudas, porque al aumentar el disco del Sol, dejaban ver un fino filete anular", dijo Manuel Núñez, registrador de la propiedad en Verin.

Ricardo Rivados, un profesor de la misma localidad ourensana, contó que el eclipse "fue total a las 11h 44 m 41 s", instantáneo y , "como un relámpago, así que la obscuridad completa no llegó a la zona. El eclipse no acabó de ser total, pues la sombra lunar nos dejó una pequeñisima parte de la fotosfera solar", dijo otro profesor de O Barco, Tomás Martínez.

"El paisaje se presentó triste y macilento, y el frío era bastante intenso. Las gallinas buscaban su albergue, y una que vi y tenía sus polluelos, los cobijó debajo de sus alas", anotó también el docente.

José Sellier dejó constancia en una docena de imágenes del fenómeno astronómico, que en la postal de la época aparece datado, por error, el 27 de abril de 1912.

Sellier también se dedicó al cine. No sólo exhibía películas que traía de Francia, sino que le cabe el honor de haber rodado la que se considera la filmación más antigua de España, El entierro del general Sánchez Bregua (1897), y no, como se creía hasta hace poco, la Salida de misa de doce de la iglesia del Pilar de Zaragoza, que es posterior.