Álex Álvarez Vidal: "Trabajé por superarme desde que era pequeño"

-Ha arrastrado una invalidez toda la vida.

-Desde entonces he trabajado por superarme lo mejor posible, y desde que me dieron el alta hice siempre rehabilitación, hasta conseguir la movilidad que tengo ahora en los brazos. No consigo hacer pinza con las manos ni levantar los brazos más allá de media altura, sólo consigo llegar a la cabeza ayudando a un brazo con el otro.

-La recuperación fue lenta, pero ¿podrá llegar a mover los brazos por completo?

-Podría, pero tendría que ser con una operación, de la que ni siquiera me garantizan su completa eficacia. Ahora mismo no me interesa porque soy capaz de hacer vida normal, incluso estuve durante una semana viviendo solo y conseguí sobrevivir perfectamente (ríe).

-¿Cuándo se inició en el taekwondo?

-Hace cuatro años. Llevo desde hace ocho trabajando en el gimnasio Natural Sport Videlgi, de Riveira, porque siempre me gustó el deporte, el problema es que me centraba mucho en el tren inferior. Me gustaba correr o jugar al fútbol, cosas en las que no tuviese que usar los brazos. Un día en el gimnasio, viendo el entrenamiento de taekwondo, me pareció un deporte muy interesante, y me dijeron que si quería fuese a entrenar. Desde ese momento todos mis compañeros de equipo empezaron a arroparme y me sentí muy cómodo.

-¿La práctica del taekwondo le ha ayudado a recuperar más movilidad en los brazos?

-Lo que haces con este deporte es trabajar muchísimo el tren superior y ganas cierta movilidad, pero sobre todo ganas fuerza y agilidad. Entrenando duro he conseguido practicar el taekwondo a mi manera.

-¿Cómo es capaz de luchar en un deporte en el que el uso de los brazos y los bloqueos son tan importantes?

-No puedo moverme ni defenderme como el resto, porque no puedo hacer bloqueos con los brazos. Así que lo que hago es esquivar los golpes -he desarrollado bien los reflejos- e intentar golpear lo antes posible, sin dejar tiempo de reacción al rival.

-¿Y sus contrincantes se sorprendían al verlo llegar?

-En los primeros combates estaban extrañados, y no sabían bien cómo entrarme. Pero en cuanto les das la primera patada ya nadie quiere recibir más, y ya nadie me da ningún tipo de facilidades.

-En toda esta aventura, ¿se ha sentido siempre arropado?

-A mi familia le debo todo, porque siempre me ha enseñado lo bueno que es el deporte, los valores que aprendes, la disciplina de trabajo. Después, siempre han estado mis amigos y compañeros del club ayudándome en lo necesario.

-¿Y a nivel institucional?

-En ese aspecto la verdad es que el club es todo mi apoyo, y el patrocinador nos ayuda mucho en todo. Si sale lo del mundial, habrá alguna oportunidad más, incluso la de optar a subvenciones públicas.

-Además de entrenar, trabaja. ¿Es fácil compaginarlo?

-Al trabajar de noche y a turno partido, de 21.00 a 02.00 o de 2 a 7 de la mañana, aunque sea como administrativo en la lonja, acabas muy cansado porque te rompe todo el ritmo del sueño. Suelo dormir bastante y descanso hasta que voy a entrenar a partir de las siete de la tarde.

-¿El bronce ha sido un premio a su esfuerzo individual?

-Cuando me planté en la semifinal del campeonato gallego absoluto no me creía que estuviese allí, para mí eso era como haber logrado el oro, un gran premio para mí y para todos los que me han apo- yado desde el inicio. Me supo muy bien conseguir la medalla de bronce, la verdad es que superó mis expectativas iniciales.

-Ahora trabaja para el Mundial de Bakú, en Azerbaiyán.

-Sí, incluso he aumentado mis horas de entrenamiento, y ahora estoy trabajando tres al día, una más de lo que venía haciendo hasta ahora. Ir al campeonato del mundo sería lo máximo que podría conseguir, es el sueño de todo deportista.

-¿Cuándo sabrá si la federación española cuenta o no con usted para las pruebas?

-De momento es la federación gallega la que está haciendo sus gestiones. Después será la española la que tenga que negociar con la internacional, dependiendo de la categoría paralímpica en la que quede incluido, mi participación o no. Me mantienen informado siempre de los trámites, pero aún no sé cuándo me comunicarán la decisión final.

-¿Hay ilusión entre su gente?

-Mis compañeros del club están hablando incluso de juntar dinero para comprar los billetes de avión para venir conmigo a Azerbaiyán, así que imagínate lo contento que está todo el mundo con la idea.