Nervios ante el futuro

Más de un centenar de nuevos ayudantes de prisiones comienzan en A Coruña un curso para prepararse para su nueva vida laboral

Arancha Vázquez | A Coruña

El inicio de una andadura profesional siempre conlleva nervios y miedos, y más cuando el futuro empleo consiste en algo tan poco "agradable" como vigilar una prisión repleta de delincuentes.

Los 102 alumnos que ayer comenzaron en A Coruña el Curso Selectivo del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias se confesaron "nerviosos" ante la que será su nueva realidad, pero también "contentos" por haber logrado una plaza fija tras haber aprobado las oposiciones convocadas el pasado octubre.

Ahora, tendrán que asistir a un curso de un mes de duración, que se impartirá en la Universidad de A Coruña, y que será el anticipo del año de formación práctica que tendrán que realizar en alguna de las prisiones repartidas por todo el Estado.

"No sabemos muy bien lo que haremos en este curso, aunque supongo que nos irán poniendo en antecedentes y nos prepararán para nuestro trabajo en la prisión, que consistirá básicamente en vigilancia", comentaba una de las futuras ayudantes penitenciarias que ayer asistió en la facultad de Filología a la inauguración del curso.

Aunque normalmente asociamos la figura del ayudante de prisiones con un hombre, entre el centenar de nuevos funcionarios que se incorporarán a la plantilla penitenciaria hay un gran número de mujeres, que no tienen miedo por tener que tratar con algunos de los criminales más peligrosos del país.

Una plaza fija de funcionario, "con un buen sueldo y un buen horario", hacen que estén "contentos" con su nueva vida laboral y que les compense el duro trabajo que tendrán que realizar, en un momento en que los niveles de delincuencia y el número de reclusos son cada vez mayores.

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