Los transportistas perdieron "mucho dinero" con el colapso

P. P. / A.P. | Santiago

"Mucho dinero". Así resumió Alfonso Parga, presidente de la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fegatramer), las consecuencias del colapso del martes en las vías gallegas, cuando más de 300 camiones se quedaron atrapados en la A-6. Además, la AP-9 estuvo cortada y numerosas carreteras secundarias tuvieron su circulación muy condicionada por culpa del hielo y de la nieve.

Estas dificultades suponen grandes perjuicios para un negocio como el del transporte, que necesita un buen estado de las carreteras para entregar en plazo y sin retrasos. Por eso, el presidente de la Asociación Coruñesa de los Empresarios del Transporte (Ascentra), Belarmino Torrente, coincidió en calificar de "gran pérdida" las secuelas del colapso. El problema, a su juicio, reside en que los transportistas "se quedan parados y no cobran nada". "No existimos", zanjó.

Por su parte, Parga concretó que la retención de los centenares de camiones en la A-6 provocó retrasos, e incluso cancelaciones, en muchos pedidos.

De hecho, el propio Parga fue uno de los damnificados por el colapso de la A-6. "Cuando entré en la autovía, no vi ningún cartel de aviso", relató, y añadió que fue justo al incorporarse a ella, en Baamonde, cuando se quedó retenido. El paisaje estaba formado por "unos 15 kilómetros, con un camión pegado detrás de otro", describió, y concluyó que "debía haber más de 300 allí atrapados".

El problema, tanto para Parga como para Torrente, está claro. No se toman las medidas con antelación y, cuando se produce el colapso, las posibles soluciones tampoco funcionan. El presidente de Fegatramer denunció que "no se toman las medidas cuando hay que tomarlas. No nevaba tanto". En este sentido, explicó que en la A-6, las máquinas quitanieves empezaron a llegar dos horas después de que comenzase la retención. Torrente se quejó también: "Aquí no echan nada, no se atienden las carreteras, ninguna de ellas". Y los dos insistieron en que es prácticamente imposible un colapso de esta magnitud en otros países europeos, donde las nevadas son mayores.

Por eso, ambos reclamaron "a la Xunta o a Fomento" que exija a las concesionarias que tomen medidas, y no actúen de forma "irresponsable". "La autopista bien que cobra, pues tendría que estar libre", concluyó Torrente.

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