Los efectos del temporal provocan otros dos muertos y dejan a 18.000 hogares sin luz
Un matrimonio lucense muere por inhalación de monóxido de carbono procedente de la combustión de un generador y otras 11 personas resultan intoxicadas E Educación suspendió las clases en 56 colegios
X. A. T. / A. C. / A. R. | Santiago / Lugo / A Coruña
El temporal que este fin de semana azotó Galicia abandona la comunidad pero sus consecuencias aún perduran, sobre todo, en el norte de las provincias de A Coruña y Lugo. Las más graves: el fallecimiento de un matrimonio octogenario en Cervo a causa de la inhalación de monóxido de carbono procedente de la combustión de un generador eléctrico que habían introducido dentro de casa ante la falta de luz desde el pasado viernes. Con éstas ya son cinco las muertes atribuidas a las repercusiones del vendaval. Pero los damnificados se cuentan por miles. Todavía ayer, a primera hora, 36.000 familias gallegas seguían sin suministro eléctrico -en el transcurso de la jornada el número se redujo a la mitad- y otras 14.000 sin teléfono, a lo que se sumaban decenas de carreteras cortadas por la caída de árboles y postes, dificultades para circular en muchos puntos por la nieve caída la pasada madrugada o el cierre de 56 colegios que dejó a 7.300 alumnos en sus casas.
El fallecimiento del matrimonio lucense, formado por Valeriano Ramón Díaz y Otilia Ramos, de 83 años, se produjo la pasada madrugada. La alerta la dio su hijo, cuando al acudir a la casa unifamiliar en Castelo (Cervo), sus padres no le abrieron la puerta. Cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en el domicilio, hallaron los cadáveres con síntomas de haber sufrido una intoxicación de gas. Uno de ellos estaba tendido en las escaleras y otro en la cocina, donde se encontraba el generador portátil.
Otras 11 personas tuvieron más suerte en A Coruña y Lugo. Todas ellas fueron hospitalizadas ayer a causa de la inhalación de monóxido de carbono provocado por la mala combustión de estufas, calentadores o grupos electrógenos que utilizaban para suplir la falta de luz.
Que el apagón a causa del temporal, especialmente en las comarcas de Ortegal (A Coruña) y A Mariña lucense, dure ya tres días es lo que ha llevado a la Consellería de Innovación a abrir una investigación para comprobar la capacidad de reacción de las empresas suministradoras, determinar si los medios que ponen para corregir los efectos del vendaval son los correctos o si conviene reforzar en el futuro determinadas líneas para garantizar el suministro. A pesar de que la Xunta confiaba en que en el problema estuviera resuelto el domingo, 36.000 hogares amanecieron ayer sin luz, 14.000 sin teléfono fijo y otros 6.827 sin ADSL. Por la tarde la situación mejoró y eran ya 18.602 los usuarios sin corriente eléctrica: 12.771 en A Coruña, 5.453 en Lugo y 378 en Ourense.
Aunque no quiso ser muy crítico, el conselleiro de Innovación, Fernando Blanco, sí sacó el látigo contra las suministradoras de electricidad y de telefonía, al considerar que su capacidad de respuesta en el futuro debe ser "más ágil". "Así se lo vamos a demandar a las empresas", declaró. Los reproches del conselleiro también se dirigieron a la atención al ciudadano. "Tenemos que mostrar nuestro malestar por no reforzar lo suficiente las líneas de atención al público. Ante una situación excepcional, hay que poner encima de la mesa medios excepcionales de atención", recriminó.
El presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, consideró que tanto las empresas eléctricas como los ayuntamientos se están esforzando en reparar los servicios dañados por el temporal, si bien destacó las dificultades que supone la dispersión poblacional "sin parangón" de Galicia, que obliga a un tendido muy complicado.
Por su parte, el PP arremetió contra la Xunta. Su secretario xeral, Alfonso Rueda, ha asegurado que Touriño "apareció cuando el viento ya había dejado de soplar" y por ello, considera que el presidente debe explicar "por qué se saturó el teléfono de emergencias y falló la coordinación de los diferentes dispositivos" de intervención, así como "concretar las medidas de apoyo a los afectados".
Mientras, los ciudadanos siguen sufriendo las consecuencias del temporal y de las nevadas registradas entre el domingo y el lunes. La Consellería de Educación ordenó ayer el cierre de 56 colegios en Lugo, A Coruña y Ourense, en 21de ellos debido a los destrozos del temporal y en otros 35 por la nieve.
Decenas de carreteras seguían ayer afectadas, en unos casos por la presencia en la calzada de árboles y postes eléctricos y en otros por la nieve, que dificultó y obstaculizó la circulación. Según el 112, varias familias y conductores se quedaron aislados por las nevadas de primera hora en O Incio, Espadañedo, Guntín, Couso o Viana do Bolo. En A Fonsagrada, una ambulancia que trasladaba a dos enfermos quedó atrapada por la nieve.
A las 21.00 de ayer, unos 11.300 clientes de Unión Fenosa continuaban sin luz. La mayoría, en las comarcas de Ferrol y Ortegal, que serán las últimas en recuperar por completo el suministro eléctrico, según advirtió el delegado de Unión Fenosa en Galicia, Luis Díaz. Su objetivo era que, tras los trabajos de la tarde noche de ayer, no quedaran en Galicia más de diez mil usuarios sin suministro.
El directivo de la eléctrica aseguró que la empresa ha dispuesto unos 1.000 operarios para hacer frente a las averías, que provocaron que, a las 12.30 de ayer -más de dos días y medio del comienzo del temporal- hasta 26.546 clientes no tuviesen energía eléctrica. Unión Fenosa ha llegado a recibir en su servicio de atención al cliente unas 80.000 llamadas. Díaz admitió que pueda existir malestar pero insistió en que se hicieron "todos los esfuerzos posibles". Hasta el momento, la empresa ha recibido 303 reclamaciones. Salió al paso de las críticas de diversos alcaldes y miembros del Gobierno de la Xunta, reconociendo que "todo es mejorable". "Me parece bien que nos analicen pero también que nos comparen", señaló el delegado, que se felicitó por los datos obtenidos en Galicia en comparación con la situación de estos días en el País Vasco y Cataluña y pidió "comprensión" por una situación "excepcional" en un lugar con población dispersa y climatología adversa.
El delegado indicó que lo sucedido debe servir de experiencia a las administraciones "para reconsiderar la distancia de las líneas eléctricas a la que se puede plantar árboles" e indicó que Galicia está en niveles "óptimos" en cuanto a la red eléctrica subterránea. Atribuyó la situación al gran número de kilómetros de la red eléctrica debido a la dispersión poblacional y a la extensión de arbolado.
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