El bosque caído

El temporal dejó al descubierto los excesos en la plantación indiscriminada de eucaliptos que, pegados a las carreteras y las casas, bloquearon el tráfico y complican la vuelta a la normalidad

Operarios de Protección Civil de Ortigueira, limpiando una de las vías bloqueadas por eucaliptos caídos en el temporal. / la opinión

Operarios de Protección Civil de Ortigueira, limpiando una de las vías bloqueadas por eucaliptos caídos en el temporal. / la opinión

P. Mera | A Coruña

"Fue una pasada. En sólo cinco kilómetros de la carretera que va de Ferrol a Viveiro [la AC-862] había cientos de árboles tirados, sin exagerar". Así recuerda Jaime Villar, jefe de Protección Civil de Ortigueira, la noche del viernes, cuando los vientos huracanados destrozaron los eucaliptos que, pegados a la carretera, cortaron la vía. "Tardamos seis horas en desbloquearla", añade. Pero la situación no era muy distinta ayer, pues los trabajos de limpieza continúan, y lo harán por varias semanas. Si los primeros días las tareas de Protección Civil se centraron en la limpieza de las carreteras más transitadas, los operarios de Ortigueira trabajan ahora, en turnos de 12 horas, en la verdadera zona cero del temporal: los caminos y las pistas forestales que cruzan el monte, que estos días parece más bien una selva debido a los troncos, ramas y árboles enteros tirados en el suelo.

Y no sólo carreteras: los tendidos eléctricos de los que depende el suministro de 10.000 personas que todavía siguen sin luz, e incluso muchas casas de particulares, fueron víctimas de la plantación indiscriminada de eucaliptos, un fenómeno típico de las comarcas de Ortegal y Ferrolterra, las más castigadas por el temporal. Con una fuerte tradición maderera, los vecinos del norte de A Coruña, donde casi todo el mundo tiene al menos una parcela de monte, están acostumbrados a rentabilizar al máximo sus cultivos y apurar hasta el último metro de las parcelas, pese a que la ley obliga a dejar libres varios metros entre los árboles y las casas, las carreteras o los postes eléctricos. "¿Por qué vas a tener ese terreno parado pudiendo plantar eucaliptos?", decía ayer un propietario de Cedeira, que además dice no conocer "a nadie" que haya sido multado por la Xunta. Mientras, desde la Consellería de Medio Rural aseguran que los propietarios que incumplen la ley, aprobada en 2007, sí que son sancionados y añaden que, si ellos no cortan los árboles, la propia Xunta lo hace. El Gobierno gallego incluso presume de que "hace dos o tres años la situación era mucho peor, y las autopistas estaban rodeadas de árboles", pese a que el viernes tanto la AP-9 como la autovía A-6 estuvieron cortadas por la caída de árboles.

En cuanto a los tendidos eléctricos que cruzan cientos de kilómetros de montes gallegos, el debate es como el del huevo o la gallina: aunque la responsabilidad de mantener limpia la zona es de la eléctrica, Fenosa acusó el lunes a los propietarios de desoír las leyes y sugirió la necesidad de "reconsiderar" la distancia de plantación.

Superada ya la fase crítica, ahora comienzan la evaluación de daños y los trabajos más aparatosos y lentos para retirar los árboles y troncos caídos en pleno monte, algo que, dada la orografía y el minifundismo gallego, llevará "más de un mes", según los expertos.

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