Apenas una decena de peatones son multados cada año en una ciudad por saltarse los semáforos en rojo o no cruzar por los pasos de peatones. Las memorias de las Policías Locales confirman la falta de "firmeza" denunciada ayer por el jefe de Tráfico de A Coruña y coordinador de los centros territoriales de Galicia, Pedro Pastor del Castillo, con los viandantes.

Ante la demanda del responsable de la DGT en Galicia y de las autoescuelas de fomentar las campañas de sensibilización dirigidas a los peatones y aplicar la sanción correspondiente a quienes infrinjan la norma de Tráfico -unos 60 euros de media, según la cuantía que fije cada ayuntamiento-, la presidenta de Stop Accidentes en Galicia, Jeanne Picard, advirtió ayer de que la solución a la "lacra" de los atropellos en Galicia no pasa por "más multas".

"Tenemos una mala escuela. Cruzamos por donde nos viene en gana. Por ese motivo hay que hacer un mayor esfuerzo. Tanto de concienciación a los transeúntes como de inversión en seguridad vial", apunta Picard. Entre las medidas más urgentes encaminadas a "proteger la vulnerabilidad del peatón", destaca la creación de más sendas peatonales fuera de la vía en el rural, las cuales carecen de aceras; la ubicación de pasos de cebra luminosos y la ampliación del tiempo que cada semáforo permanece en verde.

Un año después del reparto de los primeros chalecos y brazaletes reflectantes entre los peatones del rural por parte de la Xunta, Picard lamenta el poco éxito de la campaña. "Se ven muy pocos con los dispositivos reflectantes, cuando eso puede salvarles la vida", apunta.

En la ciudad, Picard admite que "la impaciencia y la prisa hacen que cada uno cruce donde le parezca". "La policía local, en vez de estar dedicarse a poner multas a coches aparcados en segunda fila que no molestan a nadie, debería reforzar la vigilancia de los peatones y concienciarlos de que ellos también tienen que respetar la ley", concluye.