El anuncio de Sogama de construir un segundo vertedero para la basura de Galicia en el Ayuntamiento de Cerceda indigna a ecologistas y oposición. El nuevo contenedor tendrá capacidad para tres millones de toneladas de basura, que se sumarán a los tres millones que ya casi acumula el actual vertedero de Areosa, en un municipio de apenas seis mil habitantes y 111 kilómetros cuadrados. Los ecologistas, PSdeG y BNG denuncian que un ayuntamiento no puede cargar con todos los vertidos de la comunidad, sobre todo después de que una auditoría encargada por la Xunta advierta de "problemas de contaminación" en el actual basurero de Cerceda, que ya recibe los desechos de más del 80% de los gallegos.

"Llevan los residuos a una zona rural, donde la gente no protesta", se queja Celestino Fernández, secretario de la Federación Ecoloxista Galega. "Cerceda es como una alfombra donde meter toda la mierda debajo", asevera Fins Eirexas, secretario executivo de Adega.

Ecologistas y oposición advierten de que la construcción de un nuevo vertedero es la prueba de que la Xunta no prevé cambiar su política de tratamiento de residuos y seguirá echando al vertedero buena parte de la basura que genera Galicia. Ecologistas y oposición apuestan por el compostaje -convertir los residuos en abono- y rechazan la incineración -quemar la basura y producir energía con ella-.

La contaminación del actual vertedero también es objeto de polémica. La portavoz de Medio Ambiente del PSdeG, Carmen Gallego, se queja de que los populares intentan "echarles la culpa" de un problema que el bipartito intentó solucionar con un estudio previo a la auditoría encargada por la nueva Xunta. Los nacionalistas tampoco se quedan callados , y recelan porque el Gobierno de Núñez Feijóo aún no les ha facilitado la auditoría. La responsable nacionalista de Medio Ambiente, Isabel Sánchez, exige "transparencia y claridad" .

El PP se defiende: "Con el Plan de Choque de la Consellería solucionaremos los problemas de Areosa", declara la diputada popular Paula Prado. Además, Prado considera que "los socialistas son los menos indicados para hablar" porque durante su Gobierno se produjo la contaminación del río Lengüelle, causada precisamente por los vertidos procedentes del basurero de Sogama.