Carlos Queiro, de 39 años, patrón y armador del pesquero Furacán, falleció ayer tras volcar la embarcación alrededor de las 01.30 horas a tan sólo 600 metros del muelle de Portosín, entre la punta de éste y la isla de A Creba.

El accidente del barco se produjo, según el testimonio de los dos marineros supervivientes -un vecino de Noia y un peruano, que fueron trasladados al Hospital da Barbanza para ser asistidos de una probable hipotermia-, en medio de un fuerte viento y mucho mar, tras haber finalizado los trabajos de recogida de las nasas de nécora y camarón que habían fondeado frente a la costa de Porto do Son.

Tras el vuelco del Furacán, su quilla quedó al sol durante unos 40 minutos, tiempo en el que los tres tripulantes permanecieron sobre el casco que emergía de la mar hasta que, finalmente, el barco se hundió.

Los dos supervivientes intentaron ganar a nado la costa y creyeron que Carlos Queiro los acompañaba pero cuando los recogió el pesquero noiés Chaínza, a menos de 100 metros del puerto, fueron conscientes de que el patrón no había seguido la misma trayectoria que ellos y desconocen qué le pudo ocurrir.

El cuerpo sin vida de Carlos Queiro -padre de una niña de 7 años- fue recuperado siete horas después del naufragio por el helicóptero de la Xunta Pesca 1 tras ser avistado por el pesquero Ansia, que dio aviso del hallazgo.

Los dos marineros supervivientes permanecieron casi dos horas en la mar hasta que fueron recogidos y alertaron del suceso en Portosín. Los pesqueros de mayor porte se hicieron a la mar a las 03.30 horas para tratar de rescatar al patrón desaparecido. Primero hallaron unas botas cerca de A Guieira y, posteriormente, una balsa salvavidas abierta. Otra bota fue recogida minutos más tarde y, a las 07.45 horas, el pesquero Ansia avistaba el cadáver del patrón a la altura de Porto do Son.

El Furacán regresaba a puerto para aprovechar la venta de la mañana, pero se quedó a menos de 5 minutos de navegación del muelle de Portosín, localidad en la que el patrón fallecido tenía previsto asistir, por la tarde, a la boda de un familiar.

El pesquero, de la lista 3ª, tiene casco de madera y una eslora total de 9,6 metros (8,2 metros entre perpendiculares). Con un arqueo de 3,82 toneladas de registro bruto dispone de licencia de pesca para artes menores en el caladero Cantábrico-Noroeste.

La Cofradía de Pescadores de Portosín lamentó la muerte de Carlos Queiro, que según el patrón mayor, Eduardo Carreño, llevaba "toda la vida" faenando en esa zona. El marinero era natural de la aldea de Miñortos, aunque residente en Portosín -en el municipio de Porto do Son-, y dedicó "toda la vida" a la pesca en este puerto, en el que la embarcación tenía su base.

Carreño apuntó al fuerte viento de ayer como motivo del accidente que sin embargo el alcalde de Porto do Son, Manuel Tomé, atribuyó a un tensor de la nasa con la que faenaban los tres tripulantes del Furacán.

El Grupo de Expertos No Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro se pregunta el motivo por el cual no se activó la radio baliza del pesquero, que podría haber sido clave para el rescate con vida del patrón del Furacán y el de sus dos compañeros a bordo, al tiempo que hacen referencia a la necesidad de que se utilice en el trabajo en cubierta el chaleco salvavidas dotado con radio baliza personal y recuerdan que la ley obliga a llevar una radiobaliza automática.

Visita oficial

La conselleira de Mar, Rosa Quintana, que anuló un acto en Vigo para desplazarse hasta la zona, visitó ayer por la mañana a los marineros rescatados, que están ingresados en el Hospital Comarcal de O Barbanza y el presidente de la Xunta envió "un abrazo" a la familia desde un acto oficial, en Soutomaior. El alcalde de Porto do Son destacó que los tripulantes "tuvieron muchísima suerte" ya que las temperaturas de la madrugada de ayer fueron "bajísimas" y los vientos eran "muy fuertes", y adelantó que la Corporación local estudiará honrar al fallecido en un acto.