Si la próxima vez que baja a tirar la basura se siente vigilado, no mire a sus espaldas. Y es que muy pronto los contenedores convencionales pasarán a la historia y serán sustituidos por otros capaces de identificar a cada usuario y pesar con exactitud la basura que deposita cada uno. El mérito le corresponde al departamento de I+D de una empresa gallega, que ultima la solución tecnológica que permitirá a los contenedores soterrados calcular y registrar al momento la cantidad de residuos depositados por cada ciudadano con el objetivo de que pague sólo por lo que produce.

El sistema se incorporará a los buzones de los depósitos -éstos últimos, ocultos bajo tierra- y se basa en la identificación de los datos del usuario mediante una tarjeta personal similar a la de los aparcamientos. Tras el reconocimiento inicial, el operativo mide y registra los kilogramos de los residuos depositados, de forma que la administración encargada de gestionar la recogida pueda llevar un control de los desperdicios de cada individuo.

"Creemos que el mercado evolucionará en la dirección de que cada usuario pague por lo que produce", destacó el responsable de la compañía Formato Verde, Marcos Rodríguez, en declaraciones a Europa Press. Francia ya adoptó una medida similar por ley a finales de 2008, sin que provocara la multiplicación de vertederos incontrolados.

Este tipo de contenedores permitirá facturar al ciudadano en función de la basura que genere, por lo que el empresario gallego entiende que "primará al que recicla". "Hoy estamos pagando todos lo mismo; lo mismo un señor que minimiza y compra envases reciclados y lleva su propia bolsa al supermercado, que otro que no se preocupa en absoluto", agregó Rodríguez, que apunta a la consecución de una solución "fiable" para que la recolección sea "más eficiente".

El desarrollo de la tecnología se encuentra al 60%, por lo que "aún está algo verde"; no obstante, asegura que "no está tan lejos" y que "lo más complicado" será que los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias en esta materia, adopten esta innovación. "No hay interés económico", explica, ya que a día de hoy todo el mundo paga lo mismo. En este sentido, criticó que "se están malgastando recursos" y aseguró que con el nuevo método "todo el mundo acabaría pagando menos".

Para llegar a este punto, será necesario que el artilugio pase una serie de pruebas en algún municipio gallego o portugués, países en los que la compañía -situada en el Parque Tecnolóxico de Galicia, en Ourense- trabaja mayoritariamente.

Además, los siete ingenieros industriales encargados de la investigación se dedican a la mejora de sus productos, contenedores soterrados que empezaron a instalar en Sanxenxo y Cangas en 2007 y que en la actualidad colocan y mantienen en varios puntos de Galicia.

Es más, esta iniciativa, que surge de "una inquietud empresarial unida a una conciencia ecológica", pretende llegar al mercado internacional a través de dos experiencias piloto en Emiratos Árabes y Canadá. "Instalaremos un par de unidades del bigtainer en cada ciudad para evaluar su extensión", explica Marcos Rodríguez.