Bruselas ha sido el último punto de encuentro de los líderes portuarios europeos y la CE para analizar en profundidad la crisis en la que los denominados "brotes verdes" parecen ser simples apreciaciones de quienes están obligados a hablar de un cada vez más próximo final de ella. La reunión sirvió para que se anunciaran cinco prioridades para que el sector pueda navegar en los duros tiempos que todavía están por llegar.

La Organización Europea de Puertos de Mar (ESPO), los representantes de los Estados miembros de la Unión Europea y el Banco Europeo de Inversiones han debatido acerca de las implicaciones del derrumbe económico sobre el cluster marítimo europeo y el establecimiento de acciones conjuntas para superar la crisis y sus efectos.

Una de las cuestiones planteadas es la del tiempo. Para el secretario general de la ESPO, Patrick Verhoeven, si bien existe interés en hablar de la adopción de medidas proteccionistas de corto plazo, "debe prevalecer una perspectiva de largo plazo". Recomienda adoptar iniciativas adicionales para completar el mercado interno y alcanzar un marco de políticas de transporte eficiente y sostenible "que refuerce la competitividad europea como una economía y sociedad abiertas".

Las prioridades de ESPO se encaminan a la promoción del desarrollo sostenible de la infraestructura de transporte a través de una adecuada política de la Red de Transporte Transeuropea que refuerce el rol de los puertos marítimos, y mejore y amplíe las conexiones interiores entre los puertos y las redes de transporte terrestre. Reconocer el interés público de los vitales proyectos de infraestructura de transporte, y lograr procedimientos rápidos (fast track) que permitan su pronta ejecución , y el cumplimiento de las evaluaciones ambientales y de otros tipos. Fomentar el principio del multimodalismo mediante el cual se explotan plenamente las ventajas competitivas de cada modo de transporte, en una manera equitativa y sostenible. Asegurar la liberalización completa del transporte ferroviario de cargas y remover todos los cuellos de botella y barreras operacionales fronterizos. Crear un mercado interno para el transporte marítimo de corta distancia, a través de la pronta implementación del Espacio de Transporte Marítimo Común, sin barreras.

En el seno de la Comisión Europea se tiene la certeza de que el desarrollo del transporte marítimo de corta distancia es el epicentro de la política de transporte comunitaria en base a un futuro sistema de transporte sostenible europeo, pero hay que desarrollar una red de autopistas del mar que vincule a las regiones europeas, y a la Unión Europea con sus vecinos.

En octubre, en el transcurso de un nuevo encuentro entre las partes, puede producirse un acuerdo para la aplicación de medidas de apoyo a corto plazo que contribuyan a la aparición de esos "brotes verdes" -debidamente abonados (fortalecidos)- para comenzar a sacar la cabeza del agujero negro de la crisis en la que el sector está inmerso. Para ello se piensa en la promoción de buques de alto rendimiento ambiental, la estimulación de inversiones para el desarrollo portuario y con conexiones con el interior, el apoyo a la contenerización y el transporte no acompañado y, sobre todo, la garantía de préstamos para el lanzamiento de proyectos de autopistas del mar.

Galicia debería tener aquí un papel fundamental con los tráficos del Norte (Europa) y del Sur (África), y como lanzadera para los procedentes de América. Pero más da la impresión de que esta vez, tampoco.