Tiempo y algo de paciencia es lo que se necesita en Galicia para renovar estos días el Documento Nacional de Identidad. Y aún cuando la situación se repite en las cuatro provincias, sin duda, los que peor lo tienen son los que opten por solicitar la expedición del nuevo carné en la ciudad de A Coruña.

Ni la comisaría de Lonzas ni en Alférez provisional era posible el jueves lograr una cita previa para conseguir el nuevo DNI electrónico antes del día 19 de octubre. Para los que además tienen la intención pasar por la comisaría, arañándole unos minutos a la hora de entrada al trabajo, y que para ello reclaman cita para las nueve de la mañana, la cosa se complicada todavía más. De hecho, en la ciudad es imposible hacerse con un número para las nueve de la mañana para antes del 26 del mes que viene.

Estas particulares listas de espera no suponen ni mucho menos un caso aislado en la ciudad de A Coruña. En Ferrol, tampoco queda ni un sólo número libre para antes del 20 de octubre. Otro tanto ocurre en Santiago de Compostela, ya que en la ciudad no queda ni un sólo hueco disponible a primera hora de la mañana hasta el 27 de octubre. Peor lo tienen sin embargo en Ribeira. En este municipio de O Barbanza, ya se apuran las últimas citas para la primera semana de noviembre.

Pero las esperas no son exclusivas de la provincia de A Coruña y también son recurrentes en Pontevedra. Al igual que sucede en Ribeira, en la ciudad del Lérez sólo quedan huecos libres -y no demasiados- para principios del mes de noviembre.

Algo más de opciones presentan las comisarías de Vigo. En la situada en Luis Taboada, es posible hacerse con una para el día 30 de octubre.

Optar por Vigo puede ser una opción siempre que el titular del DNI caducado no pueda desplazarse hasta Vilagarcía de Arousa. En este municipio de O Salnés todavía quedan citas para la primera semana de octubre. Todo un lujo.

Tampoco saben lo que es aguardar un mes para conseguir el anhelado numerito los lucenses -o los que se encuentran de paso por la ciudad de Lugo en estos días-. Quedan citas, y muchas para los primeros días de octubre. Lo mismo que en Ourense, ciudad en la que hay plazas disponibles para finales de mes con independencia de la hora. Y todo ello, a pesar de que en ambas provincias no es posible renovar la documentación en ninguno de sus municipios, sino que ourensanos y lucenses deben desplazarse hasta sus capitales respectivas para lograrlo.

Ahora bien, para los que no pueden aguardar para renovarse el DNI o para aquellos que no pueden o no están dispuestos a esperar un mes, como media, queda la opción más empleada por gallegos y visitantes: Acudir directamente a cualquier comisaría, donde los policías entregan los números -unos 170 al día- por riguroso orden de llegada.

Claro que, el método también tiene sus inconvenientes porque si uno dispone de poco tiempo o si debe marcharse después a trabajar, la única opción es madrugar (y mucho) para hacerse con uno de los primeros números, que comienzan a repartirse a las ocho de la mañana A razón de unos 24 números a la hora, en función, cómo no, de la destreza del funcionario de turno con la maquinilla que expide los nuevos DNI, provistos de un chip.

Eso sí, habrá de tener en cuenta que a las nueve de la mañana empieza el turno para los que sí habían logrado una cita previa. Con lo que la atención se ralentiza para los que no la tenían.

Las colas en las comisarías para renovar el DNI se han convertido en un clásico cada verano. A las renovaciones habituales, se suman las personas solicitan el pasaporte porque marchan de vacaciones. También numerosos turistas que viven en ciudades grandes aprovechan los dias de asueto para cumplir con la burocracia. Pero es que, además, en esta época, en torno a un 30% de la plantilla, está de vacaciones. Todo ralentiza.

"Es necesario un horario más flexible"

"Necesito tener el pasaporte para esta misma tarde, sí o sí". Carmen salió de su casa de Carral el jueves muy temprano y se acercó hasta la comisaría de policía de Lonzas con la intención de obtener el documento que necesita para su inminente viaje de estudios a la República Dominicana. A las ocho de la mañana ya estaba haciendo cola pero se quedó sin número. La demanda volvía a ser mayor que la oferta. "Me dijeron que tenía que madrugar más", puntualiza.

Con las mismas, se dirigió a toda velocidad a la otra comisaría de policía coruñesa que efectúa este tipo de trámites y que está situada frente a los Jardines de Méndez Núñez, en la calle Alférez Provisional. Allí, consiguió hacerse con un número, "por los pelos".

Al mediodía, el visor indica que están atendiendo al agraciado con el número P-93. Ella tiene en sus manos el P-117. "Pero enmedio van metiendo a gente de la S. No sé lo que significa pero estoy desesperada por la espera, aguanto porque necesito el pasaporte para un buen motivo", señala con una sonrisa en los labios mientras no quita ojo al marcador que señala los turnos.

Cada día, decenas de personas aguardan pacientes como Carmen desde mucho antes de que las comisarías coruñesas abran sus puertas para hacer entrega de los números de orden. Sentados en las escaleras o fumando distraídamente un cigarrillo, unos y otros siguen el pasar monótono de números.

Marcelino Miramontes ha venido de acompañante hasta las puertas de la comisaría de Alférez Provisional. Su hermana, que vive fuera de la ciudad, aprovecha como muchos otros su estancia en la ciudad para renovar el DNI. "Puedo estar esperando porque estoy de vacaciones, sino no podría estar aquí, perdiendo toda la mañana para nada", aclara. "Deberían organizarlo mejor, abrir también por la tarde o contar con un horario más flexible. ¿Qué haces si tienes que trabajar? No puedes estar toda la mañana esperando", critica.

Con paciencia y buen humor se toma Dolores Rebón la espera a la entrada de la comisaría. Tiene por delante más de 70 número pero, pese a todo, no para de sonreír. "Cuando tenemos que renovar el pasaporte sucede lo mismo. Hay mucha gente y poco personal", precisa.

Dolores vive en Suiza y, de vacaciones en Galicia, aprovecha para hacer todo el papeleo. "Cada país tiene su sistema. El Gobierno suizo lo hace de otra forma, da hora y fecha, sería impensable un sistema como éste". Pese a todo, no se advierte ni un atisbo de crítica en sus palabras. Quizás por eso, por encontrarse de vacaciones, tampoco ha tenido que madrugar para hacer cola y espera tranquila, en una mañana bonita y de buena temperatura, a que le llegue su turno. Otro cosa sería si lloviese.