Los clubes de alterne se han convertido en un factor de riesgo en la carretera, al menos en Galicia, donde un tercio de los peatones que murieron atropellados en lo que va de año fallecieron cerca de alguno de estos establecimientos. Según explicó ayer el jefe de la Guardia Civil de Tráfico, José Luis Ulla, al menos siete de los 28 peatones que murieron atropellados desde enero en las carreteras gallegas eran varones que fueron arrollados "cerca de clubs de alterne", de madrugada y, en muchos casos, con altos índices de alcoholemia en sangre.

Las carreteras donde se registraron la mayoría de estos atropellos mortales fueron las del entorno de la N-550 (de A Coruña a Tui) y de la N-532, entre Ourense y Portugal, donde además la Guardia Civil ha detectado una práctica habitual en algunos clientes de estos establecimientos: los portugueses que acuden a los clubes gallegos dejan el vehículo en territorio luso y "van andando hasta el club para evitar los controles de alcoholemia", mucho más frecuentes al otro lado de la frontera. "Luego vuelven andando, y bebidos, y pasa lo que pasa", relató Ulla, que en este sentido anunció que su departamento está tratando este asunto con la Gendarmería portuguesa para evitar que haya atropellos.

El último de estos casos ocurrió hace apenas dos semanas, el 14 de noviembre, en Verín, donde un hombre portugués murió atropellado por un camión en la N-532 cuando se dirigía de madrugada a uno de los muchos clubs que hay en la zona. Minutos antes del accidente, la víctima había protagonizado un altercado en una gasolinera cercana, de donde fue expulsado debido a su estado de embriaguez.

La visita a estos clubes también estuvo detrás de al menos otros seis atropellos mortales en lo que va de año, como el de un ciudadano danés fallecido en enero cuando caminaba de madrugada por el municipio pontevedrés de Vilaboa, muy cerca del Habana Club, o el de un vecino de Valga muerto en junio en la zona de clubs de Caldas de Reis.

Comisión de Seguridad Vial

El alto índice de atropellos mortales (en lo que va de año han fallecido en Galicia 28 peatones, uno más que en todo el año pasado) fue uno de los principales temas que se pusieron sobre la mesa de la Comisión de Seguridad Vial -integrada por mandos y técnicos de la Guardia Civil, la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Delegación del Gobierno- que se reunió ayer en A Coruña. El jefe de la DGT en Galicia, Pedro Pastor, aseguró que "el perfil tipo del atropellado es un hombre de más de 65 años arrollado en el segundo carril", lo que indica que "no le dio tiempo de cruzar, debido a su escasa movilidad". Por ello, recordó la campaña de reparto de chalecos realizada este año por la Guardia Civil y pidió a los peatones que extremen la precaución, aunque también reconoció que en muchas vías, como la N-550, "las casas están pegadas a la vía, y los vecinos no ven la carretera como un elemento hostil".

Con todo, pese al aumento del número de peatones fallecidos este año respecto a 2008, tanto Pastor como el delegado del Gobierno, Antón Louro, destacaron que la cifra sí descendió considerablemente respecto a 2007,año en el que fallecieron 48 personas arrolladas en las carreteras gallegas.