Narcos gallegos negociaron el pasado mes de junio la compra de un sumergible que navega por control remoto para introducir grandes alijos de cocaína en España desde Suramérica. Una red asentada en Barcelona les ofreció en alquiler el submarino, pero ellos pretendían comprarlo o bien hacerse con los planos, extremo que los propietarios del batiscafo rechazaban.

"Quieren alquilarlo para cada operación, como si fuera un apartamento", explicaban los negociadores a sus jefes según las escuchas telefónicas realizadas por la Policía Nacional a la organización internacional de tráfico de drogas a gran escala de la red valenciana y colombiana liderada por Rafael Rubén Núñez Cencerrado, que supuestamente iba a financiar la adquisición. La compra del batiscafo se frustró el pasado mes de noviembre, cuando el capo valenciano, considerado el mayor transportista de cocaína en contenedores de España, fue detenido en un chalé de Vilagarcía por la unidad policial contra la droga y el crimen organizado Greco. Con él y tras un año de intensa investigación, caía la mayor organización desarticulada en el último año de la que formaban parte numerosos colombianos a las órdenes del empresario valenciano.

La operación antidroga culminó con la localización del laboratorio en el que adulteraban la droga en Madrid y con la incautación de 1.500 kilos de cocaína -815 kilos en un contenedor en el puerto de Marín, 586 en el puerto de Valencia, 100 kilos en distintos registros y 10 kilos a un correo que transportaba la droga por carretera desde Madrid a Galicia para un grupo gallego-.

En la localidad arousana de Carril fue detenido también el hostelero arousano Miguel Ángel N.G., considerado enlace del empresario valenciano en Galicia y encargado de las relaciones con los narcos gallegos. En concreto se recogen varias conversaciones con otro arousano identificado como Juan Burro, que estaba en Venezuela preparando supuestamente un alijo y que tendría preponderancia sobre él en el escalafón del grupo gallego. Los lazos de Cencerrado con los clanes arousanos eran tales que había destacado a su lugarteniente colombiano, Francisco Javier V.J., en O Grove, localidad en la que residía, siempre según las diligencias del Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional.

En tal sentido, se apunta que "la organización dirigida por Rafael Rubén Núñez Cencerrado está organizando un transporte marítimo de cocaína desde las costas suramericanas hasta España contando para ello con la colaboración de un grupo gallego que se encargaría de la fase final del transporte. Para la parte inicial (esto es la salida desde las costas suramericanas y el traslado del alijo hasta el punto de entrega con las lanchas del grupo gallego) la organización planea utilizar un semisumergible".

Los investigadores indican que "las innovadoras características de este semisumergible, controlado por radio de control desde otro barco y dotado de sistemas de navegación autónomos, despertó un gran interés de Rubén", por lo que se realizaron diversas reuniones en Marbella, Pontevedra y Madrid.

El mediador, según consta en las diligencias judiciales, era el colombiano César Augusto D. B, alias Jota. Él se encargaba de negociar con los dueños del semisumergible y con el colombiano Fabián Gilberto P., considerado mano derecha de Cencerrado, a quien le consultaba cada paso. César Augusto en una conversación grabada reconoce que pagó a una persona 3.000 euros por los planos del submarino y que ha reclamado el dinero porque eran reticentes a dárselos.

Los 1.500 kilos de cocaína intervenidos a la organización supuestamente liderada por Rafael Rubén Núñez Cencerrado serán juzgados en una única causa por la Audiencia Nacional. El juez Santiago Pedraz ha solicitado la inhibición de los juzgados de Vigo y Valencia por los 815 kilos de cocaína intervenidos en A Coruña en un cargamento de gambas congeladas que entró por un contenedor en el puerto de Marín el pasado verano y los 565 interceptados en otro contenedor en el puerto de Sagunto. Inicialmente cada caso iba a juzgarse por separado, pero ahora se unirán en la misma causa y se sumarán a los 10 kilos interceptados en Adanero que iban a servir para surtir el desabastecido mercado gallego -Cencerrado acordó con el arousano Miguel Ángel N.G. introducir 10 kilos a la semana hasta alcanzar los 70 kilos, según las diligencias- y los casi 100 incautados en pisos francos de Madrid y la provincia de Valencia.