Las llamas arrasan cincuenta hectáreas de monte en Baiona
El incendio se originó en tres focos y se aproximó a 150 metros de las viviendas
N. Pillado / Agencias
La parroquia de Baredo, en el municipio pontevedrés de Baiona, respiró tranquila a primera hora de la tarde de ayer tras una noche de tensión con las llamas a solo 150 metros de las viviendas. El devastador incendio calcinó cerca de 50 hectáreas de monte arbolado durante algo más de 16 horas de amenazante actividad hasta que las autoridades lo dieron por controlado en torno a las 14.00 horas.
La alarma saltaba en torno a las 21.30 horas del sábado. La directiva de la comunidad de montes se movilizó enseguida y localizó tres focos diferenciados. Dos de ellos en la parte alta de la parroquia separados unos 500 metros entre sí y un tercero más abajo, a un kilómetro de los primeros, y a 500 metros de las viviendas de los barrios de As Xestas y Bouza. Se hacía de noche y el viento soplaba con fuerza en la zona. "Es terrible, quieren liquidar el monte", lamentaba la presidenta de los comuneros, Ángeles Silva, presa del nerviosismo y muy pendiente de que la dirección de las rachas no cambiase y llevara las llamas hacia las casas.
La intensidad del aire hizo que los dos focos superiores se hiciesen uno en torno a las 23.00 horas y se dirigiese hacia el sur. A lo largo de la madrugada se fue aproximando a la parroquia vecina de Mougás, ya en el municipio de Oia, mientras que el otro incendio crecía y se acercaba al núcleo de población. A las 6.00 horas de ayer alcanzó una distancia de solo 150 metros de los hogares, pero quedó controlado en ese punto y no fue necesario desalojar a los vecinos.
Varias brigadas de la Xunta y efectivos del Grumir Val Miñor trabajaron intensamente durante toda la madrugada para mantener el fuego a raya, pero resultaba imposible. Solo al abrir el día, con la llegada de los medios aéreos –dos helicópteros y un hidroavión de Medio Rural, además de otro helicóptero militar– y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) fue posible frenarlo. A las 14.00 horas quedaba controlado, aunque activo. Así, militares, brigadistas y miembros del Grumir refrescaron el lugar durante toda la tarde y removieron la tierra con excavadoras para evitar nuevos rebrotes.
Otras zonas de Galicia se mantuvieron también en alerta durante la noche. Las llamas arrasaron un total de 862 hectáreas de monte en los municipios coruñeses de Boiro (140), Dumbría (100), Porto do Son (80), Vimianzo (23) y Negreira (519). Este último ha sido el mayor de los incendios del año en todo el territorio gallego. Todos ellos quedaron sofocados a lo largo de la jornada de ayer tras redoblar la Xunta la presencia de brigadistas en todas las zonas y la llegada de 170 efectivos de la UME.
Según datos de la Consellería de Medio Rural, un total de 500 incendios forestales han acabado con 2.200 hectáreas de superficie forestal desde comienzos del mes de agosto.
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